Capítulo 24

3.3K 272 81
                                    

Desperté por los pocos rayos del sol que se colaban por la ventana de la habitación, aun seguía abrazando a Takao con fuerza. Poco a poco me levante queriendo observar el rostro dormido de Takao, pero al hacerlo pude ver como Takao estaba llorando. Aun dormía, pero lloraba en sueños. Con la mano temblorosa me acerqué a su rostro limpiando sus lágrimas haciendo que sin querer abriera levemente los ojos. Al verme sus lágrimas aumentaron y se aferró a mi torso llorando.

-Takao... ¿Que...

-Tuve una pesadilla.- Sollozó.

-¿E-Eh?

-S-Soñé que cuando me mudaba... Todos... Kise, Himuro, Kuroko, Miyaji-San, todos se olvidaban de mi... Y tu... Encontrabas a alguien mejor y...- Se aferró con aun más fuerza. Lo rodeé con mis brazos y acaricié su pelo soltando un gran suspiro.

-Bakao... No digas estupideces... ¿Cres que voy a ser capaz de encontrar a alguien mejor que tú? Es imposible.- Expliqué sintiendo como mis mejillas ardían, Takao levantó la mirada con el rostro enrojecido.- ¿Y de verdad crees que el pesado de Kise va a olvidarte? Seguro que tan solo subas al avión ya te habrá mandado doce mensajes. Además podrás seguir hablando con ellos... Y yo... Te llamaré siempre... Ya te lo dije...

-L-Lo sé... Shin-Chan ¿Cuándo dejaste de ser tsundere?- Takao rió levemente. 

-Venga levántate.- Gruñí.- Los demás nos esperan.- Takao volvió a tumbarse.

-Cinco minutos más...- Volví a gruñir y cargué a Takao en mis brazos llevándolo hasta el comedor.

-Si quieres dormir al menos duerme en el sofá que si no luego no te despiertas.

-Está bien.- Se acurrucó un poco en mi torso sonriendo. Cuando llegué al sofá lo dejé con cuidado y lo tapé con una sábana para que así no pasara frío. Fui hacia la cocina, no era muy bueno cocinando pero al menos sabría preparar algo de desayuno... O eso espero. Como pude preparé dos tazas de café, sabía que a Takao le encantaba comer algo dulce para desayuno así que después de buscar durante al menos diez minutos encontré algo que le gustaría, no era más que un pequeño bote donde ponía "masa de tortitas" no sabía muy bien cómo se cocinaban pero algo haría. Después de quemar unas cinco tortitas sentí como los brazos de Takao me rodeaban por la cintura y asomó su rostro por mi lado.

-¿Sabes? Es más fácil si cada un tiempo les intentas dar la vuelta.

-¡No es culpa mía! ¡Es esta cocina que está rota! ¡Hace que se quemen las cosas solas!

-Tú échale la culpa a la cocina... Dame.- Takao se puso en mi sitio cuidándose del desayuno.- Tu ve al comedor, ya me encargó yo del resto.- Se rió al oírme gruñir.

-¡Está bien!- Fui al comedor y me senté en el sofá esperando a Takao. En menos de diez minutos, Takao, salió con un plato para cada uno y el café que previamente había preparado yo.

-¿Ves Shin-Chan? Así es como se hace para no incendiar la casa de otros.- Rió con fuerza por su propio comentario y se sentó para empezar a comer. Sonrojado me senté delante de él y empecé a comer.- ¿Queras algo para acompañar? Creo que hay nata o chocolate en algún sitio...

-Cualquiera está bien.- Takao se levantó, fue hacia la cocina y trajo consigo un bote de nata y otro de sirope de chocolate.

-Sírvete tu.- Asentí bebiendo algo de mi café. Takao agarró la nata llenando toda su tortita de nata. Empezó a comer haciendo que, como si fuera un niño pequeño se manchara la mitad de la cara con la nata.

-Takao.-Suspiré.- Manchaste toda tu cara.

-¿A si?- Sonrió levemente y se limpió dejando algo de nata en la punta de su nariz. Señalé hacia él para que se diera cuenta de que aún tenía algo de nata, él al verme miró hacia su nariz logrado poner un rostro completamente adorable. No pude evitar esbozar una pequeña sonrisa al verle. Para mi Takao era alguien sorprendente, siempre me besaba, me abrazaba, en ocasiones podía ser un completo pervertido e incluso lo habíamos hecho varias veces. Pero en ocasiones tenía esa expresión tan inocente, esos ojos tan puros, esa sonrisa tan sincera... ¿Cómo lograría vivir sin eso?-¿A qué hora te dijeron que vayamos?

¡Por Oha asa!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora