Capítulo 2

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—¿eso es todo?, no te falta nada pequeña.

—sí, ya tengo todo listo, gracias por todo Bert.

El hombre rubio abrazo con fuerza a la joven que tanto quería, su ultimo lazo con su padre, la única familia cercana que le quedaba, estaba preocupado por verla partir.

—sabes que no tienes que hacerlo no es así, cuantas cosas más tienes que cambiar solo por él, no es justo, pequeña tu...

—Bert, no digas eso, sabes que esta decisión no es unilateral, yo también lo quise así.

—te amo pequeña, no lo olvides, sin importar que, siempre puedes volver a casa conmigo.

—lo sé, también te amo Bert, hasta pronto.

La joven avanzo hacia la entrada en que estaban ya llamando para su vuelo, era duro dejar todo atrás, pero su decisión también estaba tomada, dio una última mirada a su hermano y le envió un beso antes de perderlo de vista, entrego su boleto a la sobrecargo y fue en busca de su asiento en el avión, cerro sus ojos con fuerza, respiro hondo y se obligó a calmarse, acaricio la bufanda Azul que él había atado en su brazo el día que se había lastimado y que nunca devolvió, sin importar nada de lo sucedido incluso en los días malos, Candy fue incapaz de alejarse de la bufanda, aun en estos momentos la tiene con ella, sin poder evitar que su mente la llevara de regreso al día en que lo conoció.


Tiempo atrás

—Paty, ¿estás aquí?, dijo la rubia feliz de ver a su amiga.

—¡hola chicas!, finalmente llegaron, estoy tan feliz que estemos juntas.

—te imaginas, además de tener la oportunidad de trabajar en un lugar tan hermoso, la paga es excelente, con eso estaremos más cerca de reunir lo necesario para lo que necesitaremos este año en la universidad.

—tienes razón, Candy, pues pese a que las tres conseguimos becas, eso no quita que siempre habrá gastos que tendremos que costear nosotras, respondió Annie.

—los chicos quedaron un poco desilusionados de que no podrán vernos, pero al menos comprenden que es necesario para nuestro futuro, comento Paty.

—más les vale, ellos saben que estamos sacrificándonos por nuestro futuro.

—si tú, muy sacrificada Candy, en especial en un lugar como este jajajaja.

—no niego que el lugar es un plus, pero Annie, recuerda lo que nos dijo Terry, el trabajo acá es algo serio y seguramente será agotador.

—¿Terry?

—deja que te cuente Paty, nuestra Candy ya tiene un defensor, bueno nosotras también gracias a ella, un flamante caballero, en la forma de un adonis de cabello castaño.

—¡Annie!, pero que cosas dices.

—niégalo, niega que casi te lo comes con la mirada y que él igual te comía con los ojos a ti, pese a que trato de disimularlo con su actitud bromista.

—arrogante dirás y estas exagerando.

—Candice Andrew, te atreves a desmentir a Annie, cuando tú mismo rostro nos rebela la verdad, dijo Paty sonriendo cómplice a Annie.

—arrgg, cuando ustedes dos se juntan no hay quien las soporte.

Las risas y bromas a costa de la rubia pecosa continuaron, terminaron de acomodarse y luego disfrutaron de su tiempo libre antes de la reunión, allí conocieron al resto del personal, les dieron un recorrido por el lugar, para que no tuvieran extravíos a la hora de realizar sus trabajos, las chicas al igual que Terry realizaban actividades recreativas para los huéspedes del resort, ya sea como guías o instructores en las diversas atracciones que el lugar ofrecía, también en el cuido de los niños y jóvenes.

Deber y AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora