Capítulo Final

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La primavera parecía estar brillando en todo su esplendor ese día, Candy poco recordaría al ver hacia atrás, debido a que su emoción la tenía totalmente hipnotizada, no podía hacer más que sonreír, la boda se celebraría en una elegante y hermosa propiedad de los Andrew, si bien es cierto que era un evento por todo lo alto, también era muy exclusivo.

Eran acompañados únicamente por su familia y unos pocos invitados, esta demás decir que George y su esposa contaban como familia, entre los invitados estaban algunos compañeros de teatro de Terry, entre ellos el señor Hathaway, no podía faltar Junes, con todos los agentes de ambos, incluso se invitó a varios excompañeros del resort y muchos empleados de la clínica asistencial donde Candy hacia sus prácticas.

También llego uno que otro empleado e incluso ejecutivo de las empresas Andrew, sin importar si eran o no del más alto perfil, más bien aquellos quienes se habían ganado un lugar especial en la confianza y aprecio, como era el caso de Carmen, a quien Terry le tenía cariño y respeto por su tenacidad y de quien su cuñado estaba siempre pendiente sin percatarse, no olvidemos los empleados de la mansión de Eleonor quienes no podían creer que se los incluyera, así como los de la mansión Andrew.

El altar era algo sumamente hermoso, con flores naturales se armó un arco, que estaba entretejido además con listones, y para sorpresa y felicidad de Candy, el sacerdote que oficiaría el matrimonio era el mismo que casó a sus padres cuando apenas estaba recién ordenado, ahora un poco mayor, pero muy orgulloso de unir a la hija de tan extraordinaria pareja, quien en cuanto Albert le hizo la petición, no dudo en viajar hasta New York.

La ceremonia logró sacar lagrimas a varias personas, de lo emotiva que estuvo, el amor que irradiaban los novios era más que evidente, la joven pareja no podía dejar de sonreír y verse con todo el sentimiento que brotaba de ellos con cada respiración.

―vamos pecosa un bocado más.

―gracias, Terry, pero en serio no tengo hambre, no sé si es de la emoción, pero se me ha cerrado el estómago.

―pues ve viendo como abres un huequito, porque mi pecosito no estará pasando su hora de comer, por el al menos has un esfuerzo.

―está bien amor, pero solo un bocado más, que igual pienso comer pastel, porque eso si se me apetece, ―responde Candy sonriendo y casi saboreando el dulce sabor del pastel.

Terry no resiste ver esa lengua traviesa de su amada esposa, degustando su labio y simplemente la besa, complaciendo el deseo de ambos, quienes entre sonrisas siguen dándose cortos besos mientras Terry sigue alimentándola de a poco.

―son ideas mías o Albert está bailando con Carmen, ―pregunta Stear.

―deja que me ponga los anteojos, si es ella, ―responde Paty.

―como confundir esa hermosa cabellera castaña, te juro ese tono chocolate es la envidia de cualquier colorista, ―comenta Annie.

―debe ser porque ya está algo avanzada la fiesta y seguramente han tomado una que otra copa de Champagne, porque esos dos son más cabezones.

―tienes razón Archie, mira que yo los veo tratando de comportarse siempre, pero descubro sus miradas varias veces al día, pero ellos ni enterados, son tan orgullosos, según ellos no sería profesional, eso y por otro lado ninguno termina de creer que el otro pueda estar interesado, ―explica Terry.

―pues quizá esta noche pueda darse el inicio de la historia de ellos, habría que darles un empujoncito ¿no creen?, ―pregunta Candy, quien muy cómoda está en el regazo de su esposo.

Deber y AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora