Capítulo 10

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Su teléfono no había parado de sonar hasta que lo apago antes de subir al avión, la mayoría de ellas eran de sus queridos primos, los cuales no habían parado en tratar de hacerla reconsiderar su decisión.

Stear y Archie no habían estado nada contentos con el arrogante, seguramente sin la intervención de sus amigas ellos hubieran sido capaces de buscarlo y tener una conversación cercana de puños cerrados, no es que ella lo hubiera permitido tampoco, por mucho que la amaran y trataran de protegerla, ellos sabían bien que no podían excederse más allá de las decisiones que esta tomara.

agradecía el cariño de sus primos, sabia cuanto se preocupaban por ella, sin embargo, había tomado su decisión, debía ser fuerte, trato de distraer su mente, volviendo al momento en que ambos habían desnudado sus almas, abriendo totalmente las puertas de sus corazones.

Tiempo atrás

Eleonor estaba más que angustiada, su corazón de madre le aviso que algo malo había pasado con su hijo, trato de llamarlo, sin importarle la hora, pero antes de terminar de marcarle, una llamada de la persona encargada de velar por la seguridad de este le había dado la respuesta.

Estuvo a punto de salir corriendo al aeropuerto a tomar el primer vuelo disponible hacia Fairbanks, pero Jack le había asegurado que su hijo se encontraba en perfectas condiciones, que afortunadamente solo había sido un susto, el saber que su hijo era protegido en todo momento, era una de las pocas cosas buenas que las exigencias de la familia de su exesposo había traído, ese funesto día años atrás todo había salido de control, sin importar cuanto se le protegía; sin embargo ella sabía muy bien que sin la intervención de Jack las cosas hubieran sido mucho peores.

En esta ocasión el agente le ha asegurado del buen estado de Terry, lo que la estaba volviendo a la calma, eso había sido hasta saber que su hijo se encontraba siendo acompañado por una joven rubia, semejante dato casi la hizo volver a retomar sus planes de viajar, de solo pensar que esa empalagosa rubia pelilacia de Susana lo hubiera encontrado y estuviera otra vez presionándolo, hacia que ella activara su modo protección, fue solo cuando Jack le describió a la joven y la interacción entre ella y su hijo en días anteriores, que ella tuvo paz.

Ahora sin embargo estaba curiosa en demasía, de conocer a esta chica que, según lo descrito por el agente, había cautivado en más de una manera la atención de su hijo, ella había casi perdido las esperanzas de que eso pasara.

—su nombre es Candice Andrew, le llaman Candy, es una joven con un cabello rubio lleno de risos, ojos verdes, y pecas, el joven se nota muy protector y celoso con ella.

El saber que Candy estaba en la habitación de Terry cuidándolo, luego de la descripción de la forma en que él se comporta con ella, solo le confirmaba que algo estaba pasando entre su hijo y la joven, una sonrisa se dibujó en sus labios, esperaba que lo que estuviese sucediendo fuera para el bien y felicidad de Terry, ella en verdad deseaba su felicidad y no dudaría en luchar por ayudarlo a conseguirlo, para que no cometiera el mismo error que su padre, elevo una oración pidiendo por su hijo, también pidió por el hombre que tanto amo y a quien pese a todo, amara toda su vida.

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Ya casi amanecía, Candy abrió sus bellas esmeraldas encontrándose con los intensos zafiros de Terry, quien la miraba con admiración, amor y ternura.

—te sientes mejor.

—soy quien debería preguntar eso, pero, un poco mejor, Terry... gracias.

Deber y AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora