Capítulo 5

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Decidió revisar su correo y las cosas de trabajo para hacer tiempo y calmarse, aunque estaba ansioso, sabía que nada podía hacer, por lo que aprovechar el tiempo era lo mejor, su teléfono sonó, vio que era su madre y decidió atender.

—¿Cómo estas hijo?

—hola, mamá, estoy bien, nada de qué preocuparse.

—no digas eso Terry, tienes esa mala costumbre de guardarte las cosas, bueno me alegro de que al menos por esta vez decidieras contar con tu padre y conmigo, no es bueno el orgullo si no te deja recibir el sabio apoyo de quienes te aman.

—no digas eso mamá, no les he guardado nada.

—en esta ocasión si querido y te agradezco que nos incluyeras, pero no me negaras que durante mucho tiempo te guardaste para ti mismo tus preocupaciones, no creas ni por un segundo que lograste engañarme, recuerda que eres actor porque lo heredaste de mí, sufrí mucho pensando que nunca te abrirías a nosotros.

—lo lamento mamá, mi intención nunca fue preocuparlos.

—mi niño, lo sé, solo fue difícil verte encerrarte y guardarte los problemas, me alegro de que eso haya cambiado, te amamos.

La conversación siguió un poco más, era innegable el cariño de Eleonor por su hijo, ella siempre se esmeró por demostrarle cuanto lo amaba, ella había sufrido en silencio por la renuencia de Terry de confiarle sus preocupaciones, no volvería a cometer semejante falta.

Él se alegraba mucho por haber arreglado eso, su sonrisa volvió a él, al recordar a cierta pecosa entrometida que había sido la primera en hacerle ver su falta con su madre, recordó entonces el maravilloso tiempo compartido con ella.

Tiempo atrás

Que difícil de controlar, eran todas las emociones que la invadían, felicidad pura, nervios, ansiedad, temor, su pecho retumbaba como si miles de mariposas tuvieran una estampida dentro suyo, no podía creer tan maravillosa coincidencia.

Quiso salir para dar privacidad a las chicas, también porque necesitaba respirar, calmar un poco sus alocadas neuronas que se habían disparado con el beso que Terry le había dado hacia pocas horas, su imaginación se estaba disparando en un millón de escenarios, pasando por los más inocentes, románticos, eróticos, hasta los más crueles y desoladores.

—¿me lo estoy imaginando?, no, no es posible, el siente lo mismo que yo, sé que mi corazón no miente y ha reconocido al suyo.

Pero cual había sido su sorpresa cuando después de unos pocos pasos se dio cuenta de que él estaba allí, ahora estaban sentados en un tronco caído, él la tenía abrazada, por unos minutos permanecieron simplemente así, disfrutando del silencio, permitiendo que sus cuerpos regularan sus palpitaciones.

De pronto estaban conversando sobre el día, sobre el resort y las actividades que debía hacer, hicieron reflexión acerca de la nueva regla para los empleados y sobre como nunca antes habían siquiera insinuado alguna prohibición como esa.

—sabes me gustaría conocerte más, háblame de ti Candy.

Ella no necesito mucha insistencia para contarle al castaño sobre su vida, la feliz infancia que vivió junto a sus padres, hermanos mayores y su nana Pony, su tía María, la hermana de su madre, sus sobrinos que más parecen sus primos porque son un poco mayores que ella, hasta que de pronto la mirada de Candy se nublo y su voz fallo, cuando recordó el momento más duro de su vida.

—calma pecosa, no tenemos que hablar de eso si es tan difícil para ti, al menos no por ahora te parece.

—te prometo que más adelante te contare, solo no esta noche.

Deber y AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora