Sentado disfrutando su bebida caliente sonrío, a él nunca le gusto el chocolate, al menos no antes de conocerla, ahora hasta diferentes tipos guardaba en su despensa y nevera, se apuró en terminarse su vasito, tirándolo en el basurero, no quería nada en sus manos en ese momento.
Tiempo atrás
Un golpe en la puerta le indicó a Terry que alguien quería entrar, por lo que se dirigió a abrir, con el teléfono en mano y un poco de ropa que estaba sacando de su maleta.
―dígame nana Pony, ―fue su saludo al dejarla pasar.
―venía a preguntarles si van a comer con nosotras o si saldrán a pasear y disfrutar el lindo día, pero ¿y Candy?
―se metió a la ducha, yo aproveché para llamar a mi madre, avisarle que ya llegué y ordenar lo que me pondré, sabe justo eso le comentaba a Candy, me gustaría mucho salir con ella y presumirla un poco, ―dijo guiñando un ojo a la buena señora, ―de paso conocer la ciudad.
―me parece una excelente idea, estoy segura de que mi niña estará feliz de mostrarte sus lugares favoritos, Terry..., ―le llamó nana Pony tomando su mano y mirándolo de frente.
―le escucho.
―gracias por venir, no solo es la felicidad que le ha ocasionado a Candy, si no lo que su presencia le dice, el que ella sepa que cuenta con usted.
―siempre nana Pony, ella es la mujer de mi vida, mi futura esposa, de eso no tengo dudas y se lo estoy demostrando día a día a ella.
―me alegra escuchar eso hijo, bueno, por ahora no pregunto más, pero sabes que lo hare antes que te vallas, solo te diré que espero mínimo ver un anillo en el dedo de mi niña antes que partas mañana.
Frente a las serias palabras de la señora Terry solo sonrió y llevo un dedo a sus (suspiro, ¿Quién fuera ese dedito?) carnosos labios, en señan de silencio, guiño nuevamente un ojo y se tocó el bolsillo de su chaqueta, consiguiendo que una sonrisa y casi grito saliera de esta.
Cuando Candy salió de su baño, estaba ya vestida, Terry aprovecho a ducharse el, un poco de agua fría le haría bien por el momento, pensaba el, la rubia pecosa comenzó a peinarse y terminar de prepararse para salir, su amado castaño le dijo que tenía un lugar al que llevarla.
Ella comenzó a recordar que después de haber sido llevada a la cima a ver las estrellas, quiso hacer lo mismo por Terry, pues no le parecía justo que solo ella disfrutara, pero él le recordó que posiblemente no tardarían en tocarles la puerta.
―pero Terry no es justo, estarás adolorido.
―eres una futura doctora pecosa y sabes que nada malo me va a pasar por tener mis joyas azules un rato, vamos hay que prepararnos, quiero que salgamos, no creo que te dé tiempo de mostrarme la ciudad, pero si quiero llevarte a un sitio.
Y con un beso tierno la hizo olvidar cualquier queja o preocupación, además pensó ella, ya tendrían tiempo de resolver eso de las joyas azules, pensó sonriendo.
Se despidieron de nana Pony y tía María, Candy condujo su auto, al ser ella quien conocía la ciudad le iba mostrando a Terry sus lugares favoritos, o simplemente explicándole alguna cosa que a él pareciera interesarle, no es que su novio hiciera muchas preguntas, estaba simplemente extasiado viéndola, su sonrisa le llenaba la vida de felicidad.
―me dirás ahora a donde vamos.
―según mi mapa debemos doblar en la cuadra que viene, luego seguirás recto otras tres cuadras y estaremos llegando.
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Deber y Amor
RomanceDespués de una maravillosa temporada vacacional invernal, Terry se encuentra en una encrucijada, una decisión que tomar, su determinación al tomarla le hace ver que ya no hay vuelta atrás.