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Arrancó su boca de la de él y jadeó:
-Te necesito. Por favor.
Con el rostro enterrado en el cuello de él, Namjoon emitió un sonido gutural: -Al dormitorio.

-No. Aquí. Ahora. Ahora mismo - dijo con la voz entrecortada.

No quería moverse de aquel inmenso sofá, esta vez no quería estar atado con los ojos tapados.

Abrazó su cadera con las piernas a modo de ruego silencioso y le agarró el trasero con las manos para acercarlo más a sus ondulantes caderas.

-¡Mierda! Cuando haces eso soy incapaz de pensar. Yo tampoco quiero esperar más -
afirmó en voz baja y, mientras lo agarraba del trasero para rozarlo aún más contra su empalmadísimo pene, emitió un gemido atormentado.

-No esperes. Por favor.-
El cuerpo de Seokjin ardía cual madera en un incendio.
-Sabes que no puedo hacerlo así -
le recordó con un tono de enfado y frustración, pero sin dejar de agarrarle el trasero.

-Sí que puedes.-
Deseaba que lo hicieran así: con esa espontaneidad, con tanto anhelo.
Descruzó las piernas y se revolvió para meter las manos entre sus cuerpos. Se desabrochó los jeans y se bajó la cremallera.

Namjoon tuvo que incorporarse para que Seokjin tuviera espacio para quitarse la ropa, que tiró al suelo de una patada.

-Tócame.
Namjoon gimió al introducir la mano entre sus cuerpos, y tocar el glande de Seokjin con los dedos
-Joder, estás tan excitado.
-Por ti - repuso intrépido -Así que no vuelvas a decirme que alguien solo está contigo por dinero. Yo estoy tan loco por ti que te ruego, de rodillas si hace falta, que me folles -
le dijo furioso tratando de hacerle comprender que lo que sentía por él no tenía nada que ver con la economía.

No podía confesarle todo lo que le necesitaba: ni él estaba preparado para desnudar su alma ni Namjoon para oír algo así.

Es más, puede que él tampoco estuviera listo para enfrentarse a esa verdad. Pero esto sí tendría que aceptarlo: tenía que hacérselo. Ahora.

El cuerpo de Seokjin se estremecía mientras los dedos de Namjoon se deslizaban por su piel blanda y húmeda, y trazaban círculos en su entrada.

-Sí, sí... Tócame.-
Se había dejado llevar y su cuerpo reaccionaba a cada sensación, a cada roce de sus dedos. Dejó caer la cabeza hacia atrás y se entregó a esas caricias atrevidas y constantes.

-Estás tan caliente. Tan desatado. Me cuesta creer que me desees tanto. Dímelo otra vez -
exigió mientras lo acariciaba con menos delicadeza y más exigencia.

-Te necesito, Namjoon. Fóllame.
-¿Solo yo?
-Solo tú. Eres el único que me pone así.-
El único capaz de hacerle perder la cabeza con un solo roce.

Sabía que eso suponía una debilidad, pero en ese momento no le importaba nada.

Namjoon se incorporó, se desabrochó los Jeans y se los fue bajando hasta liberar su pene, que parecía estar tan ansioso y duro que salió de un salto.

-Me muero por metértela, Seokjin, pero no sé si puedo hacerlo así.-
Transmitía pasión y enfado a la vez, y Seokjin comprendió que para él era crucial dominar la situación.

Aunque aún no había averiguado la razón, sabía que Namjoon necesitaba estar al mando.
-Sujétame de las manos. Controla la situación. Házmelo como te haga falta. Me da igual. Pero hazlo de una vez.

Seokjin se moría de ganas de agarrar ese impresionante pene para penetrarse el mismo, pero, en lugar de hacer eso, levantó los brazos y lo tomó de las manos.

you're mine • namjin [ADAPTACIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora