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Namjoon abrió la puerta de la nevera con un movimiento rápido de muñeca.
-¿Refresco o agua?
Tomó la lata directamente, ya sabía la respuesta.
-Refresco -respondió distraído.
Abrió la lata y se la dio antes de agarrar otra para él y beberse la mitad de un trago.

Se llevó la lata a los labios y bebió con la mirada fija en el pasillo que llevaba al comedor.
Namjoon se había olvidado por completo de lo que había estado haciendo.

-¡Feliz día de San Valentín!
Se acabó el refresco de un trago y tiró la lata vacía a la basura y lo llevó al comedor con el ceño fruncido.

Al llegar, Seokjin no había pronunciado palabra.
Quizás su secretaria y su asistente no habían acertado con los consejos. ¿Le gustaría algo de lo que le había traído?

Había tratado de ordenar bien las cosas: las flores, los chocolates, las joyas y el perfume.

Había una mezcla de regalos y ositos de peluche desperdigados por el comedor, pero él lo había colocado todo lo mejor que había podido.

-¿No hay nada que te guste?

¡Maldita sea! Pensaba despedir a su asistente y a su secretaria en cuanto las
viera.

-No sé cuál es tu flor favorita ni la clase de chocolates te gusta. Tampoco sé tu color preferido. ¿Debería saberlo? ¿No debería saber las cosas que te gustan?-
preguntó malhumorado.

Tiró el osito con delicadeza al suelo y se acercó a Namjoon.

-No hacía falta que hicieras todo esto. Es la primera vez que me regalan flores.

¿Qué es lo que había hecho? Tan solo había ido de compras. No era para tanto. Por primera vez, había disfrutado comprando cosas.

-He ido de tiendas. Tampoco cuesta tanto.

«Y he ido en el último momento porque ni siquiera me había dado cuenta de que era San Valentín. ¡Qué desastre!».

-Has hecho todo esto por mí. -
Estiró el brazo para señalar todo el comedor - Las flores son preciosas. Me encantan. Se me hace la boca agua viendo esos chocolates y el resto de cosas me abruman de tal modo que me he quedado sin habla. Con un par de flores y una tarjeta ya me habría emocionado. No hacía falta que hicieras todo esto.
Pero lo que más me conmueve no son las cosas, sino tú. Tus ganas de hacerme feliz. Eres el hombre más increíble del planeta. Por eso te amo.-
Pegó un buen trago a la lata de refresco, la dejó en un hueco que quedaba libre en la mesa y se abalanzó a sus brazos de un salto.

Namjoon saboreó la suavidad del cuerpo que se apretaba contra el suyo mientras los labios cálidos de Jin le rozaban la mejilla y el cuello.

Lo abrazó con fuerza de la cintura, dejando que su cuerpo fuera deslizándose contra el de él hasta que los pies tocaron el suelo. En ese momento decidió que en lugar de echar a sus empleadas lo que haría sería darles un aumento.

-Estás loco. Lo sabes, ¿verdad? -Se apartó y le plantó un sonoro beso en los labios -Pero me encanta.-
Lo miró con adoración y añadió:
-Pero la próxima vez cómprame solo un regalo o una tarjeta, ¿Si?-

Nada de eso. No le iba a prometer algo así, de modo que su respuesta fue evasiva:
-Ya veremos.

-Espera. Tengo una cosa para ti.-

Se apartó de él y salió corriendo hacia su cuarto.

Regresó con una bolsita de regalo decorada con corazones y diablitos.
-La bolsa tenía tu nombre. -Lo miró con picardía y le entregó el regalo
-No tengo dinero propio, así que tuve que improvisar algo.
-¿Necesitas más dinero? ¿Por qué no me lo dijiste? -lo miró con el ceño fruncido, enojado porque no se lo hubiera dicho.

you're mine • namjin [ADAPTACIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora