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Finalmente había decidido ir al gimnasio, confiando en que así lograría caer fundido y librarse de tanta frustración.

Pero, en lugar de caer prácticamente inconsciente como se había propuesto, había terminado sintiéndose cansado, derrotado... y completamente desvelado.

¿A qué hora habría caído rendido? Desvió la mirada al reloj y se quedó estupefacto al ver que estaban a punto de dar las doce.

Era un hombre bastante madrugador y jamás se levantaba tan tarde, ni siquiera los fines de semana.

Salió de la cama y se metió a la ducha.
Se aseó a toda prisa, enojado por tener que quitarse el aroma de Seokjin, y se dirigió a la cocina preguntándose si seguiría dormido.

La cocina estaba brillante. Las sobras de la cena de la noche anterior habían desaparecido.

Se sirvió una taza de café recién hecho y dio una vuelta por el piso. La puerta de la habitación de Seokjin estaba abierta y la cama hecha.

Obviamente se había levantado, pero ¿dónde se había metido?

Pensó que quizás estaba en la sala de informática jugando y subió corriendo las escaleras

«No está aquí».

Namjoon sintió que un escalofrío le trepaba despacio por la espina dorsal y sufrió un breve ataque de pánico.

Con el pulso cada vez más acelerado volvió a bajar las escaleras de dos en dos. Si lo pensaba fríamente, sabía que no se podía haber marchado.

No tenía razones para hacerlo.
Los dos habían acordado satisfacer su apetito sexual pasando una noche juntos.

Una noche.

«Mierda! Una noche no es suficiente. ¡Seokjin es mío!».

Namjoon ya se había dado cuenta la noche anterior y ahora estaba convencido: jamás se cansaría de Seokjin.

Una noche de sexo arrollador no bastaría para superar esa obsesión.

No tenía claro cuál era la solución, pero follárselo con todas sus ganas no había sido suficiente.

Todo lo contrario: ahora que había sido suyo por una noche, quería repetirlo una y otra vez.

Se le empezó a revolver el café en el estómago. Lo cierto era que no soportaba mostrar esa actitud tan posesiva con nadie.

Preocuparse lo más mínimo por alguien que no fuera de su familia no traía más que problemas. ¿Acaso no había aprendido esa lección por las malas hacía muchos años?

Pues al parecer se le había olvidado, porque se preocupaba por Seokjin mucho más de lo que le gustaría.

you're mine • namjin [ADAPTACIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora