you're mine • namjin [ADAPTACIÓN]

37

Mientras los tres bajaban por las escaleras que conducían a la calle, Taehyung le preguntó a Namjoon en voz baja:
-¿Por casualidad eres familia de Kim Jungkook? Ya sé que no tiene nada que ver, pero se me cruzo la idea por la cabeza.

Namjoon se detuvo al llegar a la acera y la miró sorprendido: -Sí... Es mi hermano. ¿Por qué lo preguntas? ¿Lo conoces?

Él frunció el ceño:
-¡Mierda -resopló- Eh... no! O sí..., lo conozco. En realidad, fue hace mucho tiempo.

-¿Eran amigos? -preguntó Namjoon con curiosidad antes de mirarla expectante.

-¡No! ¡La verdad es que no! -
Dijo él  con brusquedad.

-Ah... Ya entendí-
repuso Namjoon. No parecía dispuesto a dejar el tema y añadió-: ¿Tuviste una mala experiencia con mi hermano?

-Es una víbora.- respondió mientras se acomodaba el pelo.

La sonora carcajada que soltó Namjoon sobresaltó a Seokjin.
-Créeme. No eres la primera persona que lo piensa. Lo siento.-

-No es culpa tuya que tu hermano sea un reptil asqueroso. Espero que al menos en eso no se parezcan -repuso con cierto nerviosismo- Cuida de Seokjin.-

-Será un placer hacerlo - respondió mientras le ofrecía la mano que le quedaba libre -Aunque las circunstancias no hayan sido las más apropiadas, me alegro de haberte conocido.

-Yo también. Supongo. -
Le estrechó la mano de mala gana
-Sé que no debo juzgarte por los actos de tu hermano, pero odio cualquier cosa que me recuerde a Kim Jungkook.-

Soltó la mano de Namjoon y abrazó a Seokjin
-Cuídate. Te llamo. No hagas ninguna tontería - le advirtió con un suspiro contundente que solo Jin pudo oír.

Él se entregó a los brazos de su amigo y lo abrazó con fuerza, perfectamente consciente del peligro que habían corrido y de lo fácil que habría sido que las cosas hubieran salido de otro modo.

Quería mucho a su amigo. Aunque a veces tuviera mal humor, en el fondo era una persona adorable.
-Y tú también. Hablamos pronto.-

Namjoon lo reclamó tomándolo de la cintura y guiándolo hacia su coche mientras Taehyung cruzaba el estacionamiento para dirigirse al suyo.

Dios mío, ¡que día de mierda había tenido!

Estaba tan agotado, tan alterado y tan inmerso en sus pensamientos que ni siquiera se resistió cuando Namjoon lo llevó hasta su auto y lo hizo pasar al asiento del copiloto mientras él se sentaba al volante.