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Clavó las uñas en el jersey que le cubría los hombros y se agarró a la prenda como si fuera un salvavidas. Su cuerpo entero se estremeció cuando la ardiente lengua de Namjoon empezó a lamerlo rápido y audaz.

Gimió y empujó las caderas hacia delante para rogarle, sin pronunciar palabra, que siguiera. Y siguió. Sus grandes manos lo agarraron del culo para moverlo hacia delante y acercarlo aún más a su ávida boca.

El sonido de los lengüetazos en el abundante jugo le resultaba extremadamente erótico y lo ponía aún más caliente. Hasta que estalló en la boca de Namjoon con un largo gemido y una tremenda sacudida.

Se inundó para dar la bienvenida al alivio y Namjlon siguió lamiéndolo, alargando el clímax hasta que no quedó un lugar del cuerpo de Seokjin que no se hubiera estremecido. Solo entonces se dio por satisfecho y se levantó para darle un beso.

Seokjin se moría por sentirlo cerca, así que le rodeó el cuello con los brazos y le empujó la cabeza hacia abajo para alcanzar su boca. Namjoon lo besó con una pasión desenfrenada y, cuando Seokjin reconoció su propio sabor en aquellos labios masculinos, comenzó a mover las caderas rozando los muslos contra su durísima erección. Necesitaba que se la metiera. Estaba desesperado

-Fóllame, Namjoon. Por favor -le rogó sin sentir el más mínimo recato.
Estaba convencido de que solo él podría llenar el vacío que sentía.
-Vamos a casa -gruñó apartando la boca de la suya, pero sin dejar de agarrarlo del culo ni de frotarse contra él.

-Aquí. Ahora -insistió colocándose de cara a la pared. Apoyó las manos en la pared y se inclinó hacia adelante, dejando su trasero haciaarriba -No moveré las manos de aquí. Hazlo, por favor. Te necesito ahora mismo.

-¡Mierda!
Esa exclamación expresaba una terrible frustración, pero también un deseo desbocado, por lo que Seokjin no se sorprendió al oír que se bajaba la cremallera.

«Sí. Otra victoria».

-Te necesito - murmuró Namjoon tan bajito que prácticamente fue inaudible.

Seokjin se dio cuenta de que no tenía intención de que lo oyera, pero lo había hecho. Aquel susurro ronco comenzó a resonarle en la cabeza y despertó en él una reacción animal que por poco le hace perder la cabeza.

Las paredes del ascensor empezaron a empañarse y el único sonido que se oía en aquel habitáculo estrecho era el de sus respiraciones irregulares y descompasadas.

Seokjin jadeaba a la espera de que lo penetrara y llenara así los solitarios huecos de su interior.

-Por favor, Nam. Ahora.

Cuando notó el roce de la punta de su pene en su entrada, Seokjin sintió tal alivio entre sus piernas abiertas que casi lo hace llorar. Sus grandes manos lo agarraron de las caderas con una fuerza salvaje para atraerlo hacia él. Entonces, con una sola embestida, entro por completo en él.

Sentir que estaba en manos de Namjoon era suficiente para llenarlo de júbilo y
hacerlo jadear.

-¿Te hice daño? - preguntó Namjoon al notar que el cuerpo de Seokjin se tensaba -Lo tienes tan estrecho.
-No. No. Me encanta... - se movió para frotarse contra él y rogarle que se
moviera.

-Dios, Namjoon. Te mereces algo mejor que un polvo en un ascensor de mierda-
Comentó mientras se apartaba para sujetarlo mejor de las caderas y penetrarlo de nuevo hasta el fondo -Pero no puedo parar. No quiero parar jamás.-

-No puedes parar. Si lo hicieras, no lo soportaría. Mas fuerte, Nam. Dame más. -
Tiró la cabeza hacia atrás mientras Namjoon empezaba a metérsela y sacársela
a un ritmo regular.

Llegaba cada vez más al fondo y Seokjin sentía que iba a volverse loco.
Namjoon se inclinó sobre su cuerpo para rodearlo con un abrazo protector sin dejar de embestirlo con las caderas. Meter, sacar. Una y otra vez.

En aquella postura, la lana áspera del jersey le arañaba la espalda y Seokjin se estremeció al sentir en la tierna carne del cuello sus mordiscos y su cálido aliento descontrolado.

Jamás había sentido un deseo tan indomable, tan salvaje. Se moría por tocarlo mientras lo penetraba, pero tuvo que conformarse con agarrarse a la barra de metal del ascensor y empujar hacia atrás cada vez que lo embestía para sentir así
un mayor contacto de su piel en cada empujón.

Namjoon deslizó las manos de las caderas por el vientre hasta llegar a su parte delantera. Acarició su pelvis y sus testiculos antes de subir y tomar su erección a pocos milímetros de hinchada punta que esperaba con anhelo mas contacto.

-¡Ah, Dios!-
Todas las terminaciones nerviosas de su cuerpo comenzaron a palpitar
mientras los dedos de Namjoon trazaban círculos sobre la punta e invitaban a sus
caderas a embestir lo con una fuerza que Seokjin no sabía que tenía.
-Tócame, por favor.-

-Córrete para mí -exigió la voz grave de Namjoon mientras continuaba trazando círculos sobre la carne que tanto disfrutaba de su tacto.

Empezó a gemir y, al tirar la cabeza hacia delante, quedó cegado por las lagrimas que se formaron a causa de las embestidas violentas de Namjoon. Cerró los ojos sin saber si soportaría las olas de placer que le recorrían el cuerpo entero.

Los dedos de Namjoon lo tocaban sin descanso mientras su polla se adueñaba de su cavidad y de él  mismo.

Sus cuerpos se fundieron hasta tal punto
que Seokjin no podia saber quien sentía aquel deseo frenético.

El clímax lo inundó como una ola expansiva y comenzó a gritar su nombre mientras su cuerpo, a pesar de encontrarse retenido, convulsionaba con violencia.

Preso de su abrazo, lo único que podía hacer era montar ese orgasmo intenso y
eterno que agitaba todo su ser.

-¡Mierda!
Namjoon volvió a apoyar la mano en su cadera para sujetarlo con más fuerza mientras se la metía más dentro y más rápido.

Su garganta emitió un gemido de agonía y angustia cuando lo penetró hasta el fondo del todo y el calor que provenía de su satisfacción inundó a Seokjin.

Si el brazo de acero de Namjoon no lo sujetaba por la cintura, Seokjin se habría caído, por que sus piernas ya no lograban sostener el peso.

you're mine • namjin [ADAPTACIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora