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Agarró su celular y llamó al jefe de seguridad.
Zack respondió al segundo toque.

-¿Lo estás siguiendo? -preguntó Namjoon con brusquedad, sin preocuparse de las formalidades.

-Por supuesto. No sabía qué estaba ocurriendo, pero lo hemos seguido y parece haber encontrado un lugar para pasar la noche. Es un buen barrio, la casa es decente y pertenece a un tal Doctor Kim Taehyung -informó.

-Se fue. Que lo siga un equipo las veinticuatro horas del día. Quiero saber hasta cuándo estornuda.
-Muy bien, jefe. Así será.

Namjoon colgó con un suspiro.
Era evidente que había ido a dormir a casa de su amigo. Ahí estaría bien. De momento.

No le había contado a Seokjin que llevaba escoltas desde el día del incidente de la clínica.

El equipo de Merrick trabajaba por turnos para vigilarlo y permanecía alerta cada minuto del día.

La policía no había detenido a los que le habían disparado en la clínica y Namjoon no estaba dispuesto a correr ningún riesgo.

Seokjin los había visto de cerca y había ayudado a la policía a realizar los retratos.

Tenía que estar protegido hasta que atraparan a esos tipos.
Namjoon necesitaba asegurarse de que Seokjin estaba a salvo.

Todos sus instintos, cada célula de su cuerpo, lo incitaban a ir a buscarlo para traerlo de vuelta, en brazos si fuera necesario.

Estaba deseando hacerlo, pero sabía que no saldría bien. Era obvio que el incidente con Jungkook lo había disgustado y sería mejor que le diera un poco de tiempo.

Arrastrarlo a su casa solo solucionaría el problema temporalmente y Namjoon no estaba interesado en el corto plazo.

Necesitaba a Seokjin y quería tenerlo para siempre. No se contentaría con otra cosa.

Si hace unas semanas alguien le hubiera dicho que conocería a una persona sin la cual no podría vivir, se habría muerto de la risa.

Pero en ese momento no le hacía ninguna gracia. Seokjin era lo más importante en su vida y era incapaz de plantearse un futuro sin él.

¿Qué tipo de vida había llevado antes de conocerlo?
Frunció el ceño recordando a todas las personas que se había follado en el pasado.

Personas que tenían que beber y ser agasajados con regalos prohibitivos para ofrecerle sus cuerpos.

Habían sido experiencias vacías con personas que toleraban sus actos a cambio de dinero.

Aquellos tratos habían satisfecho de forma temporal sus necesidades, pero le habían dejado un inmenso vacío, que ni siquiera había notado antes de conocer a Seokjin.

Había descubierto lo que suponía estar con una pareja que lo deseaba de verdad y ya no había vuelta atrás.

Necesitaba a Seokjin más que al aire que respiraba.

Namjoon juró que, a pesar de que no lo merecía, lo recuperaría.

Hizo un esfuerzo para ir al dormitorio, se desnudó y se dirigió hacia la cama.

Se dio la vuelta con brusquedad y volvió a la pila de ropa que había dejado en el suelo para rebuscar en el bolsillo de los pantalones.

Sacó la moneda que Seokjin le había regalado, cerró la mano y, aunque estaba totalmente desvelado, se metió en la cama deseando que el sueño lo ayudara a olvidarse de todo.

La partida de Seokjin era como una tortura cruel. La casa estaba demasiado silenciosa, demasiado vacía.

Desde que había cruzado la puerta por primera vez, su presencia había sido palpable y Namjoon percibía el fantasma de su esencia y los ecos de su risa.

Metió la moneda bajo la almohada y se tiró de espaldas. Estaba agitado y rogó para que el sueño se lo llevara... pero Dios debía estar ocupado porque se pasó en vela casi toda la noche, buscando la mejor estrategia para recuperar a Seokjin

Lo recuperaría. Era la única opción que se planteaba. Tan solo tenía que encontrar la mejor forma de alcanzar su objetivo.

you're mine • namjin [ADAPTACIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora