❋EPISODIO 11❋"un banquito para alcanzar la Nutella, chica disléxica en acción"

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"un banquito para alcanzar la Nutella, chica disléxica en acción"

Alex Brown

2019, 17 de febrero.

Durante el camino a el aeropuerto recordé todo lo que pude ver y sentir esta semana. Vi como Mylen me daba la oportunidad de ser algo más en el día de los enamorados, después como lo arruine todo con la noticia de la persona que ame toda mi vida, ahora en un ataúd.

Pero no me sentía del todo mal por mi abuela, si no por Mylen. Todo se mezclo y no pude aguantar más.

Como la ignore sin desearlo, pensé que se sentiría incomoda o muy curiosa y yo no tenía la fuerza para decirlo, pero al contrario, la sentí un poco más alejada de lo normal y no dijo ni una palabra.

Me preguntaba si eso era normal, prefiriera que me molestara un poco, nunca lo hace, tal vez así no hubiera sentido el terror esa noche.

Ella no llego nunca a casa, había estado dispuesto a decírselo, pero ella no llego.

...flaskback...

"carolina, Mylen no está ahí" llame a carolina.

"no lo está, lamento lo de tu abuela enserio, ojalá y tengas el valor de decírselo cuanto antes, se ve que le han ocultado tanto que ya ni se esfuerza por saber nada que no le cuenten."

"bien, gracias. Hablamos luego"

"¡adiós!"

No sabía dónde más podría estar, no conocía nadie cercana a ella.

<<sabes que le gusta la pasta italiana, y tu eres italiano y flaco como un fideo, seguro le encantas>>

Eso no ayuda mucho en este caso.

¿su madre? ¿algún familiar? ¿amigos? No lo sabía.

No dormí por estar preocupado. Y que mejor que ir a entrenar cuando traes muchas cosas en tu cabeza.

—de 30 kg, ¿es enserio? Es mas que antes, debes tener cuidado.

—lo se. Ayúdame con eso. —puso 30 kg de cada lado y empece las repeticiones.

A la quinta repetición mis brazos quemaban como el diablo, pero aun así mi mente seguía en Mylen, mierda.

—alto Alex. Es suficiente, que traes en la cabeza —dice el entrenador preocupado, lo entendía, normalmente hacia solo unas 20, ahora hice 25 repeticiones con el doble peso que la vez anterior, ¡y aun así no funciono!

—solo ve a la caminadora y has tus dos horas de trabajo.

—bien. —pongo una toalla sobre mi cuello y empiezo.

El hambre me mataba.

—¿a donde vas? —dijo un compañero. —a casa. —levanta las cejas poco convencido—¿a casa? Desde cuando lo dices así, no era el "estúpido apartamento mas frio que el infierno"

Lo llame casa desde que llego Mylen, porque lo necesitaba, un hogar al cual volver y si podía, yo se lo daría.

—pasaron cosas...

—invítame a la boda. —y regreso a su entrenamiento.

Rodeé los ojos y seguí con mi camino. había pasado ya muchas horas aquí dentro

Cuando llegue a casa un olor muy fuerte albergaba la sala, olía a hierba, ¿Qué mierda? Y de pronto miro a mis anchas, la veo subiendo las escaleras sigilosamente.

Una flor de otoño (en edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora