Una flor de otoño (en edición)

❋ Episodio 32 ❋ "Bubble"

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"Bubble"

Mylen Sharon
2019,  3 de abril

Hace tiempo no imaginaba haber vuelto aquí, bueno, tal vez solo por aquellas fiestas donde las luces traspasaban mi alma y mi sonrisa borracha era lo único sentimiento con el que me sentía libre.

Había llegado al famoso bar rojo, o por su nombre "Redheart" y a pesar de ser la una de la mañana la gente pasaba esa puerta como si hubiera algo sorprendente dentro, hice la fila que normalmente tardaría una hora en terminar, pero a lo lejos alguien me reconoció.

—¡Mylee! —sus ojos se achinaron con cariño—Beth, no te veo desde...

—La fiesta con tus amigos, no pensé volverte a ver en un bar, y menos en este.

—Qué recuerdos, espero no haya cambiado tanto en estos años —dije mientras reía— Para nada, a muchos les sorprenderá tu visita.

Y entre la larga fila me dejó pasar como si fuera VIP, y como había dicho Beth, no cambio en nada, pero el ambiente era diferente, o era que solo yo lo sentía diferente.

Llegué a la barra, un mesero rubio atendía con una sonrisa coqueta, pero vacía. —¿Qué le puedo ofrecer a la dama?

—Un bubble.

—¿No será muy fuerte para usted ese trago?

—Para nada. — El joven solo se fue dudoso a preparármelo. <<Obvio, él no sabe que es tu bebida favorita del lugar desde los 15>>

Mi gran adolescencia desastrosa.

El bubble era una bebida en copa de cóctel de un color morado al cual le ponían moras en una rama dulce. También agregaban hielos en forma circular con purpurina comestible que decoraba el whisky, que lo complementaba en un 60% de su contenido.

Por aquello se le consideraba fuerte.

El chico me lo trajo y empecé a tomarlo sin preocuparme tanto por lo que me rodeaba. Al tiempo, empecé a bailar conmigo misma en la pista mientras tomaba mi quinto bubble.

—Dios, qué asco...

Había vomitado en el indoloro del lugar, estaba lejos ya que apenas se escuchaba la música. Estaba muy borracha, fue pura suerte que llegara al baño. Luego empecé a llorar, no tenía idea de por qué.

<<Extraño a Alex>>

—¡¡Yo también!! —dije mientras lloraba sentada en el baño, qué débil me he vuelto ante Alex, pero era genial empezar a sentir más.

<<¿Y si lo buscamos? Digo, no sienta tan mal ir a cada país hasta encontrarlo >>

— Suena bien, pero no tenemos dinero... — Me miré al espejo, tenía un top y una mezclilla que no combinaban en nada, mi pelo parecía un nido de cuervos y el rímel había opacado mis ojos al mancharse.

—Podemos cruzarnos ilegalmente...

<<Suena bien, empecemos ahora>>

Me levanto de golpe con la vista nublada y camino hasta la salida donde me encuentro con Beth. —Mylee, no has cambiado mucho...

Lo miré confundida. —Siempre salías de la misma manera del bar, tropezándote con tus propios pies y con una sonrisa traviesa, como si hubieras planeado lo más genial del mundo allá dentro. Pero nunca te ibas sin estar hasta el tope de la ebriedad. Y por lo que veo, tomaste bubbles.

—¿Cómo lo sabes? —carraspeé molesta.

—Tienes la lengua morada y una mancha en el top con brillos.