❋ Episodio 34 ❋ "Una cena en vestido azul"

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"Una cena en vestido azul"

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Mylen Sharon
2019, 4 de abril

Mi boca soltaba ligeros susurros mientras seguía por instinto, por inercia mis manos habían bajado hasta su miembro, tocándolo con suavidad arriba de la tela, que ya estaba húmeda por mi culpa.

Y como si se tratara de una maldición, el teléfono sonó al lado del buró. Alex lo ignoró totalmente. Y siguió mientras yo solo dejaba caer mi cabeza hacia atrás. Estábamos a punto...

<<El celular dice mamá>>

—Alex... Alex... llama tú... madre —dije cómo pude. No quiso detenerse. Hasta que lo obligue a contestar sacando mi pecho de su boca. Él me miró molesto.

—Contesta —dije cómo pude. Se resistió mucho, pero al final accedió.

Solo hizo un mohín por haber tenido que parar, pasó su brazo por mi espalda y me pegó a su pecho, dejándome escuchar cuán acelerado estaba su corazón.

Los tonos terminaron y empecé a escuchar a escondidas la llamada de Alex por el celular. No era mi intención, pero él me tenía cerca de su oído para escuchar.

—Hola, madre. ¿Es algo urgente? Estaba en algo muy importante.

"Lo lamento, cielo, era para decirte algo sobre la boda y la chica que vas a llevar, me dijo tu hermana que la vio otra vez."

—Sí, la vio... no en el mejor momento, pero la vio.

"Hicimos una cena para conocerla un poco antes y no fuera algo raro estar en la misma mesa en la boda, para que se sienta más cómoda con la familia"

—Comprendo...

"También, espero que te controles, Alex. Irá tu primo Walter, yo sé que no se llevan bien por varias situaciones que desconozco, pero por favor, no hagas caso a sus estupideces"

—Bien, mamá. Te amo.

"Yo igual, cielo. Salúdame a tu novia"

«Me tomaron en cuenta»

Me sonrojé con la idea de que su mamá me saludara por llamada y que harían una comida solo para que pudiera sentirme cercana a la familia.

«Además cree que soy su novia»

Alex me miró con frustración, él sabía que se había terminado el momento y no sé por qué, su mirada se concertó en mi cuello y después, en que ya no tenía la camisa puesta, se sonrojó y carraspeó— Iré a hacer pasta. — Menuda mentira, eran pasadas las diez de la noche, si hace una segunda pasta para cenar, moriremos de una intoxicación.

Él se levantó apresurado y corrió hacia la cocina, yo aproveché para ponerme la blusa y subir a refrescar mi cabeza. — Iré a bañarme. — Subí de la manera más casual a tomar una ducha, entré al baño y empecé a quitarme la ropa sin ver mi reflejo en absoluto. Puse un poco de música y empecé a ducharme con agua fresca.

Aplique un shampoo nuevo que quiera probar en mi cabeza y talle mi cuerpo con otro de la misma marca. Una vez terminé, puse la toalla sobre mi cabello y después me cubrí con ella el cuerpo. Con la toalla enredada, tomé el cepillo para mi cabello y empecé a desenredarlo frente al espejo. Cuando volteo más para abajo, mi cara vuelve a tornarse de colores rojos.

—¡AHHH!

Había un chupetón en mi cuello y entre mis pechos otros dos; no me imagino bajo la toalla cuantos más.

—No puede ser, no puede ser. — El viaje se había adelantado, nos íbamos pasando. No se quitarían para entonces.

«La mejor impresión que uno puede dar».

Una flor de otoño (en edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora