❋Episodio 42 ❋ "Una confesión"

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"Una confesión" (realmente es un Sam pt: 2.5, pero quise cambiarle un poco)

Mylen Sharon
2019, mayo.

Alex había llegado.

Me intenté quitar todo de encima y empecé a ponerme un pantaloncillo que había por ahí cerca, también, ponerme alguna playera existente porque no quedaba más que el sujetador encima mío.

¡¿Donde tiene Carolina sus blusas!? ¡Me va a dar un ataque si no lo encuentro!

Mientras corría escuche la puerta empezar a ser abierta, con mis mismas chanclas de plástico resbale por un líquido sospechoso en el suelo y caí al otro lado de la cama, y una de mis preciadas chanclas, salió disparada casualmente a la puerta. Al momento que el abrió, la zapatilla le dio directamente en la cara, el dio reversa y chocó con Carolina, la cual gritó asustada.

Alex volteo a verme unos segundos después y como tenia a media puesta el pijama, no tardo en empezar a llorar de la risa.

—¡Deja de reírte!

—No puedo —dijo riendo aún más fuerte al ver como ahora en mi frente había un golpe de hacia un momento.

—¡Devuélveme mi chancla! —le dije molesta, la había sujetado después de tremendo golpe que le dio. Me levanté como estuviera a donde él estaba e intenté arrebatársela, pero alzó su mano demasiado alto.

<<Como extraño mi banquito>>

Intenté saltar, pero casi se me salía un pecho del sostén, grité y me tapé. El solo rio más fuerte, como si esperara que sucediera.

—¡Puerco!

—No es algo que no haya visto antes. —me puse roja, tan terriblemente roja que tomé su brazo y lo mordí, él se quejó y soltó la chancla—No me importa que me muerdas, pero podrías mejor hacerlo en...

—¡Alex, no digas esas cosas en mi casa! —gritó Carolina despachándolo. El alzó sus cejas divertido, casi salíamos del apuro, cuando preguntó

—¿Tomaron?

La habitación se quedó en un profundo silencio, puesto que la botella estaba a unos metros de mis pies. Volteo hacia Carolina de manera sospechosa, le dijo algo en voz baja, Pero carolina no se inmuto.

—Ya sé, no tienes que ponerte como mi madre, ¿bien? Déjame disfrutar.

—Sabes por qué lo hago, ella...

—¡Ella no entiende! —ambos salieron hacia la cocina para seguir discutiendo, una gran marca de interrogación creció dentro de mi cabeza, ¿de qué hablaban? ¿Sería lo mismo que hablaron en la feria? ¿Qué pasaba?

¿Qué me mantenían en secreto? <<Huele a gato encerrado>>

No me quedó más que terminar de cambiarme, aún avergonzada por las prendas que vestía. Arreglé mi pelo con un mínimo de agua y enjuagué mi boca. Salí hacia la estancia, cuando se dieron cuenta de mi presencia, inmediatamente ambos se callaron y sonrieron como niños pequeños.

—Mylen, deberíamos... —ella lo sujetó del hombro y lo empujó.

—Deberíamos salir, ¡mejor amiga! —pero no pudo acercarse más hacia mí ya que Alex, de nuevo, volvió a empujarla como había hecho ella, deteniendo su mano en la cara de Carolina, así evitando que continuara caminando.

—¿A donde quieres...? ¡AUCH! Pareces perro rabioso, que asco —le dijo a Carolina después que esta misma le mordiera la mano.

—Ah, pero si es Mylen, le fíltrelas y todo en lugar santo —dijo burlona.

Una flor de otoño (en edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora