XXXIV. Tomar el debido lugar

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— ¿Qué hago con usted, mi señor? Parece un niño mimado.

Agust se recuesta en el pecho de Jimin, medio dormido. En su defensa, no tiene la culpa de que Jimin sea capaz de darle sueño por la forma en que lo peina. Lo hace tan lento, constante y suave que es complicado no adormecerse. Sin mencionar que huele muy bien. Su pequeño cuerpo es un arma para darle a cualquiera dulces sueños. Aún con lo mal y doble sentido que se puede sacar a esa denominación.

—¿No prefiere que lo excuse para que pueda dormir un rato? —ofrece acariciándole con cuidado. Agust exhala adormecido.

Jimin es muy dulce. Tiene un comportamiento casi maternal desde las últimas semanas en las que lo frecuenta. Es encantador y algo que le sienta muy bien. Asiente ligeramente y Jimin envía a Soo para hacerse cargo del mensaje. Avisar a Namjoon que el emperador quiere tomarse el día y puede manejar todo a su antojo. No va a incendiar el país así que estará bien. De por sí Agust necesita un descanso. Duerme poco y está tan enfocado en mejorar el imperio que estudia sin parón las posibilidades que permitan ese resultado. Es tierno.

Ambos se tienen una visión de ternura por el otro. Jimin se recuesta junto con Agust para permitirlo dormir a gusto y cumpliendo la función de almohada. Agust no deja de escuchar y disfrutar el latido de ese tranquilo corazón. El aroma de Jimin y la sensación fresca que da el contacto con su piel. Un mínimo tramo que queda expuesto por el hanbok. Cierra los ojos del todo. Le recuerda a su mamá. Tan bonita, alejada de este mundo y tan triste.

Una triste emperatriz desgraciada.

Da una risa entre sueños por la forma en que le acaricia el cabello, los leves tirones juguetones y peinarlo con los dedos. Jimin le da un beso en la cabeza y tararea para fomentar que tenga un sueño pesado que lo permita descansar a gusto como merece y necesita.

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Jimin ve alrededor

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Jimin ve alrededor. Las puertas con mayor facilidad de acceso son custodiadas por un par de guardias. Incluso sin decirle a Namjoon de esto él ya previó la posibilidad de un ataque directo, en provecho de la falta de atención del monarca. El kisaeng se ve incapaz de levantarse por el agarre del emperador profundamente dormido. Soo surge y trina a medida que se desliza por el suelo. Desde la mañana ha escuchado comentarios raros de aquí allá. Aún le falta aprender a distinguir la distancia en la que se encuentran las personas. De una forma u otra hay alguien aquí que quiere asesinar a Agust.

Y él no piensa permitir tal cosa.

Y él no piensa permitir tal cosa

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Loyal Muse | NamMin || BOOK 2#Donde viven las historias. Descúbrelo ahora