XXXV. Los temores profundos

416 104 33
                                    

Toquecitos en la puerta lo hacen salir de su ensueño. Namjoon entra a la habitación una vez obtiene el permiso. El consejero se acerca y se sienta junto a él en el futón de sábana rosa y blanca.

— ¿Te sientes bien? —interroga el mayor y Jimin desvía la mirada.

Se abraza las piernas y Soo trina recostada a un lado. Namjoon sabe que el asunto empieza bien porque vino a preguntar y no espero a que el fuese a hablar de sus inquietudes como suele ser lo usual. Le acomoda algunos mechones de cabello tras la oreja y luego acaricia la mejilla, le sostiene la barbilla, Jimin frunce los labios con los ojos aguados.

—Y-yo no puedo hacer algo así. Yo no... no... —Jimin moquea y sus hombros se encogen temblorosos.

—Lo has hecho hasta ahora ¿Qué diferencia tiene con un puesto oficial? Nada va a cambiar. —afirma con voz baja y cariñosa. Jimin solloza insistente y leve.

—Porque si fallo Agust o cualquiera de ustedes va a morir y...

Da un quejido quebrado. Lo ha hecho hasta ahora practicando. Pura suerte en su estima. No porque realmente sea capaz de ser una buena defensa para Agust. Cargar con esa responsabilidad es demasiado. Hasta ahora su única preocupación era seguir siendo bonito, aprender suficiente para tener que hacer una vez se jubile de kisaeng a los veintiséis. Namjoon se abre un espacio para acostarse con él y hablar así. De forma más cercana.

Limpia una de las mejillas de Jimin y se acerca a darle un suave beso en los labios. El kisaeng moquea y aprieta las manos en la ropa de Namjoon

—Vas a hacerlo bien. Estás listo para esto. Yo sé que sí. Voy a estar para ayudarte siempre que lo necesites o sientas que es demasiado.

— ¿Tú sentías lo mismo?

Namjoon sonríe leve y amargo.

—Aun lo siento, Ji es muy cargante. Espera que sea perfecto en todo al instante—comenta Namjoon—, pero cuando peor me sentía estabas conmigo para hacerme sentir mejor. Es una de las razones por las que te amo tanto. —Jimin frunce más los labios, sorbe aire y se esconde en Namjoon que ríe mientras lo palmea cariñoso.

A decir verdad, comprende mucho el sentimiento de que sus responsabilidades son demasiadas. Él solo quería leer y aprender más, no ser el segundo a cargo del imperio y que si todo se desmorona será su culpa en buena parte. Es una expectativa demasiado alta de parte de la gente externa. Incluso de sí mismo. Cargar con la vida del emperador no es una diminutes. Casi igual de grave e importante que cargar con el imperio mismo. Además de que Namjoon puede sospechar que otra cosa asusta a Jimin:

—Me vas a abandonar de nuevo—solloza quebrado y escondido—. No voy a poder alcanzarte— Su voz es cada vez más pastosa. Más torpe. Namjoon lo abraza con cariño contra su pecho—. Me vas a dejar de nuevo y no quiero desaparecer. N... No quiero ser la serpiente.

—No vas a desaparecer.

— ¿Cómo vas a poder prometerme eso? Ji no lo recuerda. Nadie va a recordarme. Solo me van a dejar morir y abandonarme como siempre. —llora Jimin y Namjoon no halla manera de desmentir esa realidad.

Jimin ató los cabos muy rápidamente. Seguro ha habido miles y miles de serpientes del emperador. Quién sabe si más de una a la vez. No obstante, no se sabe nada de ellas. Son inexistentes para cualquiera. Incluso para Ji. Jimin sabe perfectamente que sucede: no se guarda o mantiene nada de esa "serpiente" y modifican la memoria de Ji para que ni siquiera él sea consciente.

Tiene miedo a que lo abandonen.

Tiene miedo a que lo dejen atrás.

Tiene miedo a que lo olviden.

Loyal Muse | NamMin || BOOK 2#Donde viven las historias. Descúbrelo ahora