JUDAS (William James Moriarty x Tu)

Capitulo III: Plan Maestro (Parte 2)

Estaba todo listo, hoy era el día de la fiesta, era de mañana, estaba terminando los detalles de mi traje.

—. Señorita ___. —Me llama a la puerta André.

Cabe recalcar que él a veces me decía por mi verdadero nombre, al igual que mi familia.

—. ¿Si?

—. Él está aquí.

—. Déjalo pasar y designale una habitación, mantenlo ocupado para que no salga, y no dejes que ponga una mano encima de ti.

—. Comprendo señorita, voy a abrir de inmediato.

Termino de arreglar mi cabello, escucho pisadas abajo y la voz del Duque, salgo de mi habitación y voy con él.

—. ¡OH, MI QUERIDA ROSALYNE! —Dice el hombre al verme. —. ¡QUE GUSTO ME DA VERTE!

—. Ojalá pudiera decir lo mismo. —Respondo pasando a su lado y dejándolo con los brazos estirados.

—. ¿Y ni siquiera un abrazo a tu futuro esposo?

Sin dirigirle la mirada, contesto.

—. Aún no somos nada, no me toques hasta que estemos en el altar.

—. Sir Arthur, acompañeme por aquí. —Lo guía el anciano hasta su habitación.

—. Más te vale comenzar a arreglarte para la fiesta, quiero lucir a mi futura esposa.

El hombre se pierde entre las escaleras, apenas lo hace golpeo la muralla con rabia.

—. Como me saca de quicio ese idiota. —Aprieto mis dientes para que nadie escuche.

André deja al duque ocupado en su habitación tal como le pedí, luego baja y vuelve a mi lado.

—. Tengo que salir ahora, usted sabe que le confío hasta mi alma, no deje por nada en el mundo que él se entere a donde voy, si pregunta estoy arreglandome en mi habitación.

—. Como ordene señorita.

Me cambio de ropa rápidamente, me maquillo y me pongo los lentes de contacto para disfrazarme del duque.

Me subo rápidamente al carruaje y parto en la dirección que me anotó William cuando lo visité como "El duque"

Era un parque, donde habían dos bancas que las personas que se sentaban quedaban de espaldas.

Había un hombre de cabello negro y ropas grises sentado, me senté en su espalda.

—. ¿Es usted el Duque? —Me pregunta.

—. El mismo en persona. —Respondo.

—. Mi nombre es Sebastián Moran ¿Me recuerda?

—. Claro que lo recuerdo coronel, nos comunicamos por telegramas cuando usted solicitó armas durante la guerra. —No me subestimes William, investigué todo sobre el duque antes de tomar su papel. —. ¿Estoy en lo cierto?

—. Si, está en lo correcto, entonces vamos al punto, ella fue invitada esta noche ¿Irá?

Ja, sabía que William había planeado lo de la fiesta.

—. Si, ella estará conmigo, trataré de lucirla con todos para que sepa de quién se trata.

—. Entonces, esta noche comenzará nuestra tarea, nos vemos luego Duque.

—. Adiós y encárguese de que muera esa bruja. —Digo poniéndome de pie.

Nos vamos en direcciones contrarias, yo vuelvo a la mansión.