Capítulo XXII: Dificil

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*Advertencia, capítulo con mención a violencia, armas y sangre*

—. ¿El asesinato... De unos niños? —Es lo único que mis labios pueden articular, rogando que solo fuera una broma.

Pero lamentablemente no lo era.

—. Si, es una misión de improviso, partimos ahora ya.

André toca mi hombro.

—. Señorita ___, después de todo este arduo entrenamiento, usted está lista para una misión de este calibre.

Le sonrió al anciano y lo abrazo.

—. Gracias por enseñarme André, es una lástima que llegara hasta aquí.

Me sonríe y me ordena con los ojos que vaya a prepararme.

—. Iremos a cambiarnos de inmediato. —Decimos Louis y yo al mismo tiempo.

—. ¿Que? No, no tienen que ir, solo venía a buscar algunas cosas y avisarles que llegaremos en unos días más. —Dice el pelinegro mientras se ponía una capa para tapar su rostro.

—. ¿Ah?

—. Bueno, yo ya me voy...

Tomo el brazo del pelinegro, evitando que parta.

—. ¿Qué te pasa? Suéltame.

—. Nosotros vamos a ir, danos órdenes.

—. Señor Morán ¿Mi hermano no mandó nada?

El azabache contesta apresurado y algo nervioso.

—. No, no envío nada.

—. Louis no le creo. —Le susurro. —. Aún así, quiero ir.

—. ¿Crees que con el entrenamiento de esta semana vas a estar lista para esto? Te creo Louis, pero... ¿Tu?

—. Si, creo que estoy lista.—Lo desafío ignorando su burla y poniéndome frente a él.

—. Si estás lista... ¿Por qué no rompes el florero de la otra esquina con esta arma?

Miro la pistola con los ojos abiertos, había olvidado aprender cómo usar una, sin embargo, me mantengo firme frente el azabache.

—. Claro que lo haré, solo observe…

—. Ya es suficiente, déjense de discutir. —Dice una voz proveniente de la oscuridad, que apenas todos la escuchamos nos ponemos tensos.

Miramos lentamente a la persona, que a medida que más se acerca a la vela de la sala, más se notaba.

Cuando estuvo a una distancia prudente, Louis y yo soltamos un suspiro de asombro.

—. Nii-san/Liam.

El rubio se hace notar entre la tiniebla y aparece con su típica sonrisa.

Mi corazón da un vuelco, se apoderan las ganas de ir y correr a abrazarlo, sin embargo estábamos en una situación bastante compleja.

—. Moran, vaya a hacer lo que tiene que hacer rápido. —Dice el Moriarty sin hacer ademán de darnos una orden a Louis y a mí.

—. Si William.

El rubio sube a su cuarto, o eso infiero, Louis y yo nos quedamos quietos, apretando levemente los puños por la actitud de Liam.

El azabache sonríe victorioso frente a mi, o eso creo hasta que…

—. Deberían ambos de vez en cuando decir lo que realmente sienten. —Dice para nuestra sorpresa el coronel. —. William hace las cosas por algo, pero no está mal hacerle saber lo que les molesta.

JUDAS (William James Moriarty x Tu) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora