JUDAS (William James Moriarty x Tu)

Capítulo IV: Recuerdos

—. Buenos días señorita ___. —Escucho decir a André detrás de mi puerta.

Abro mis ojos lentamente, me siento en la cama y me estiro.

—. Buenos días André, ya estoy despierta.

—. El periódico ya está aquí, lo dejaré en el sofá para que lo lea cuando se levante.

—. Muchas gracias, voy enseguida.

Me levanto, suelto unos cuantos bostezos y me voy directo a la ducha.

Salgo y me visto con un vestido color amarillo pastel de encajes blancos, con mangas no tan holgadas y encima una chaquetita corta del mismo material y un color más oscuro que el vestido.

Elijo unos zapatos de tacón, pero no tan altos, para que no me incomoden cuando camine.

Salgo de la habitación, pero antes tomo la carta y la envuelvo en un sobre, la sello y escribo el destinatario.

—. Muchas gracias André, pero podía prepararmelo yo. —Comento recibiendo la bandeja con el desayuno que me traía el anciano al sillón donde estaba sentada.

—. Eh servido más de cincuenta años a los Lacroze y jamás me había tocado atender a una chica que hiciera todo por ella misma, señorita ___ para eso estamos los mayordomos.

Termino de tomarme el café con leche y llevo la bandeja a la cocina.

—. Lo sé, es solo que me siento un poco inútil cuando me hacen todo, es solo una manía mía.

Miro el reloj de la sala, marcaba las 8:35 hrs.

Ahora si tomo el periódico y en primera plana estaba la foto del Duque, solo que esta vez tenía en letras grandes:

"TRAGEDIA: SE ENCUENTRA AL DUQUE ARTHUR FRIEDRICH MUERTO"

Leo ahora el primer párrafo del cuerpo de la noticia.

"Tras descubrir su oscuro pasado, lleno de violaciones, asesinatos y chantajes, el Duque fue arrestado anoche durante la fiesta de los Moreau, cuando iba camino a la comisaría, se escapó para terminar colgándose en una casa abandonada en las cercanías del camino.

—. Se ve nuevamente feliz señorita ___. —Comenta André que tomaba un café sentado frente a mí.

Una sonrisa se había formado en mi rostro que hasta a mí me sorprendió.

—. Oh... lo siento...—Tomo la carta en mi bolsillo. —. André ¿podría dejarla en el correo con destino a la casa de mi padre? —Cambio de tema.

Lo pienso unos segundos y mejor decido ir yo misma.

—. Olvídelo, iré yo. —Tomo un abrigo, una sombrilla, un sombrero y salgo.

Camino por la calle hasta llegar a la oficina de correo.

—. Buenos días señorita Roselyne ¿Como va su mañana?

—. Buen día señor, mi mañana va excelente y creo que el resto del dia irá mejor. —Digo limpiando mi frente con un pañuelo.

—. Señorita ¿Se vino caminando?

Asiento con la cabeza, el hombre me mira extrañado.

—. Oh, ahora que lo recuerdo. —El cartero se agacha y saca una carta que me la extiende. —. Le llegó esto por parte del dueño de la mansión que arrienda.

Estiro mi mano para coger la carta, el señor me entrega con recelo un cuchillo para abrirla.

Leo el contenido, que decía que, como la mansión había sido arrendada en nombre del Duque, y este había muerto sin pagar aún el mes de uso, debía desalojarla.