Capitulo VI: Tren

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Me levanté temprano para acompañar a André a su paseo matutino, caminamos nuevamente por la plaza, pero esta vez pasamos a un local para desayunar.

—. ¿Hoy no se juntará con sus amigos? —Me pregunta el anciano dándole un sorbo a su té.

—. No, debemos empezar a desocupar la casa, aunque no sean muchas cosas, debemos hacerlo rápido.

Después de ese desayuno volvemos a la casa, y tal como dije, comenzamos entre ambos a ordenar todo.

Estuve todo el día ordenando mi habitación, en serio no eran muchas cosas, pero de vez en cuando me distraía con algún libro o lo que fuera.

Solte un suspiro al ver ya todo dentro de las maletas, solo quedaba la ropa de cama, mi pijama y la ropa que usaba el día de hoy.

Dos veces fui interrumpida por André, quien amablemente me traía algo para beber o alguna cosa para comer.

El cielo se había teñido de naranjo, como un día de otoño aquí en Londres, realmente los días eran de lo más hermosos por aquí.

Salgo por fin de mi habitación, las cosas de abajo ya estaban todas guardadas.

Mañana partíamos devuelta a Paris, así que arrendamos un vehículo, llevamos todas las maletas hasta la estación y las enviamos hasta Paris, seguramente llegarían al mismo tiempo que nosotros mañana.

Volvimos a la casa, ya era hora de dormir.

Comimos unas galletas con té junto con André y luego nos fuimos a la cama.

Al día siguiente mi mayordomo me levanto muy temprano, solo quedaba guardar mi pijama, unas cosas de encima, pero esa maleta la llevaría conmigo.

Me pongo un vestido color naranja con decoraciones blancas y mangas holgadas del mismo color, unos guantes blancos y un sombrero a juego.

Peino mi cabello con una trenza cintillo, no me hecho nada de maquillaje, solo un bálsamo transparente para labios.

—. Creo que esta todo listo señorita, podemos partir ya. —Dice André señalando su reloj que daban las 7:30 de la mañana.

—. Si, ya podemos irnos.

Tomamos la maleta que faltaba y nos vamos en vehículo hasta la estación, tomamos el tren de las 8:30, el segundo del día.

Arrendamos un compartimiento para ir más comodos, sobretodo para André, que tiene por costumbre que cuando viaja en tren duerme casi todo el viaje.

Después de esperar media hora, a las 9:00 de la mañana el tren dio su último aviso y partió hasta su destino.

Nos instalamos en nuestro lugar, Andre y yo nos sentamos de frente, saqué del bolso un libro para leer, el anciano, que apenas tenía sus ojos abierto, iba con un periódico en la mano.

—. Que suerte que todos los invitados de la fiesta de los Moreau fueran contratados por el señor Albert, o los periódicos no la hubieran dejado tranquila si se hubiera sabido de su "Compromiso"

—. Si, tienes razón André, por suerte no salió de esa fiesta, para todo el mundo jamás eh estado comprometida.

El anciano carraspea antes de hablar, parecía dudar de lo que iba a decir.

—. Señorita ___...¿No cree que es sospechoso?

Levanto mi vista del libro que leía.

—. ¿Que cosa? —Pregunto extrañada.

—. Que el Duque jamás haya anunciado públicamente su matrimonio, los nobles, lo primero que hacen cuando se van a casar es gritarlo a los cuatro vientos.

JUDAS (William James Moriarty x Tu) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora