Capitulo 8

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Afrodita y DeathMask miraban a cierta distancia como es que Aome era abrazada por Inuyasha, quién, en cuanto se le pasó el efecto del conjuro del collar, se levantó para abrazar a Aome.

Inuyasha: ¿Ahora sí sabes quién soy? ¿Ya no me tienes miedo?
Aome: Inuyasha. - lo miro con los ojos llorosos - Tu...
Kykyo: Aome. - llamando su atención -

En cuanto Aome vio a Kykyo e Inuyasha, lo último que le faltaba recordar volvió a su mente, esa discusión en la que el peliplateado le había reclamado por su cercanía con Sesshomaru y le restregó en la cara que Kykyo era mejor que ella.

Flashback

Después de haber unido los grupos, Aome era la única persona con la que Sesshomaru tenía alguna conversación, e Inuyasha, estaba empezando a molestarse por eso.

Esa noche, Inuyasha había salido a cazar algo para la cena, Sango y Miroku habían ido a buscar leña y Kykyo, ella sólo iba pasando cerca cuando Inuyasha escucho las risas de Aome.

Sesshomaru: No le veo lo gracioso, Miko. (Serio)
Aome: No te imagino de niño haciendo berrinche. - dijo mientras reía a carcajadas - te imaginaba más como un niño serío.
Sesshomaru: Estás tentando a tu suerte.

Cuando Inuyasha llegó, se dió cuenta de que Sesshomaru había reprimido una sonrisa y Aome reía alegremente.

Inuyasha: ¿Qué haces Aome? - preguntó en cuanto se acercó a ella - ¿Si no soy yo es Sesshomaru? (Burlón)
Aome: ¿De que estas hablando? - mirándolo con confusión - Sólo estábamos hablando.
Inuyasha: ¿Hablando? Este idiota no habla con nadie, y tú eres demasiado tonta para entablar conversación con él.
Sesshomaru: Cállate Inuyasha.
Inuyasha: ¿Qué no odiabas a los humanos? - mirando a Sesshomaru - y mírate, siguiendo a una simple copia.
Aome: Inuyasha basta. - conteniendo las lágrimas -
Inuyasha: ¿No es lo que eres? Una simple reencarnación de Kykyo, quien por cierto, es mucho mejor que tú.

El golpe de Sesshomaru fue lo primero que recibió, seguido de unos cuantos abajos por parte de Aome.
No era como si ellos tuvieran algún interés romántico el uno por el otro, simplemente, la azabache era la única persona, además de Rin, a la que consideraba amiga.

Y dos días después de esa discusión, fue la "pelea final" contra Naraku.

Fin flashback

Aome: Inuyasha... ¡Abajo!
Inuyasha: ¿Ahora por qué haces eso?
Aome: ¿No sabes? - preguntó con enojo - ¿Después de que casi me trataste como una cualquiera sólo por ser amiga de Sesshomaru?

Afrodita miro con sorpresa como Aome mando al suelo a Inuyasha.
Inconscientemente sus miradas se encontraron y Aome se ruborizó al darse cuenta de que Afrodita había visto su arranque de enojo contra Inuyasha.

Afrodita: ¿Te encuentras bien? - acercandose a ella - ¿Te lastimaste?
Aome: Estoy bien, no me lastime. - hablo con un poco de timidez - Gracias.
Afrodita: Veo que ya recordaste.
Aome: Si, ya recordé.
Afrodita: Sigue en pie la propuesta del jardín. (Sonriendo)

Aome simplemente sonrió mientras un leve rubor aparecía en sus mejillas, una vez más.
Si, había recordado todo, incluyendo lo que había sentido por Inuyasha, sin embargo, Afrodita ya se había comenzado a meter en su corazón.

......

Inuyasha: Es hora de irnos.
Aome: Si Naraku está aquí ¿Para que quieres volver? Además, la perla ya está completa.
Inuyasha: ¡Tenemos que volver!
Aome: Yo estoy en mi tiempo, en otro país, pero este es el tiempo en el que nací.
Inuyasha: Sango y Miroku quieren regresar.
Miroku: Yo estoy muy agusto aquí.
Sango: Opino igual que su excelencia, yo estoy bien en este lugar.

Le habían informado a Shion todo lo ocurrido, aunque tampoco era como si el no se hubiera dado cuenta, sin embargo, tenían que decirle los detalles que él no sabía.

Shion: Aome. ¿Has recordado todo?
Aome: Así es.
Shion: Ven conmigo. - saliendo de la sala patriarcal - Debo hablar contigo de algo, que tú cómo guardiana de la perla debes saber.
Aome: Está bien. (Siguiéndolo)

Caminaron por algunos pasillos, hasta que llegaron a una habitación, en dónde había varios tesoros, entre ellos un cofre de oro.

Aome: ¿Qué es esto? - pregunto mirando el cofre -
Shion: Es la daga dorada. - abriendo el cofre - quiero que la uses.
Aome: Pero....
Shion: Esto es capaz de matar a un dios, si puede hacer eso, estoy seguro de que en un caso desesperado pueda destruir a Naraku y la perla.
Aome: Comprendo.
Shion: Si tú crees que es necesario, la daga dorada está a tu disposición, pero sólo si eres tú quien la usará.

.....

Afrodita había pasado un buen rato en  la casa de cáncer, mientras que Aome y los demás estaban en una reunión con el patriarca Shion.

Los dos caballeros creían que el momento en que Aome y Sango se marcharian y no las volverían a ver.

DeathMask: ¿Sería muy patético pedirle que me lleve con ella? - pregunto después de beber de su copa - Soy un idiota. (Riendo)
Afrodita: Yo quiero pedirle lo mismo a Aome.
DeathMask: ¿En qué momento me interese en ella?
Afrodita: Te cautivó. - sonrió amargamente, pues se sentía igual que su amigo - Justo como a mí me pasó con Aome.
Sango: Angelo. - entrando a la casa de cáncer - ¿Podemos hablar?

DeathMask miro a Afrodita, este entendió y salió de ahí, dirigiéndose a su templo.
Creía por un momento que Aome estaría con Sesshomaru o Inuyasha, sin embargo, al entrar a la casa de Piscis, el olor a comida llegó hasta sus fosas nasales.

Afrodita: ¿Qué haces? - llamo su atención al entrar a la cocina  y verla ahí - Crei que estarías con... Tus amigos.
Aome: Ven, siéntate en lo que preparo la comida. - llevándolo hasta la mesa - Te encantará lo que voy a preparar.
Afrodita: Aome... Estás haciendo esto más doloroso.

Trato de que su voz no sonara quebrada, pero sentía que no había funcionado, sabía que Aome se iría, y el hecho de verla ahí, lo lastimaba, y también sabía que Sango se había ido a despedir de DeathMask.

Aome: ¿De qué hablas? (Confundida)
Afrodita: Regresaran a ese lugar. ¿No es así? - pregunto mirándola fijamente - Te quiero Aome, muchísimo, más que eso, pero... Pero se que te irás y...
Aome: No me iré. - interrumpió mientras se acercaba a él - Yo... No quiero irme, no quiero, y... No quiero dejarte de ver.
Afrodita: ¿No te irás?
Aome: Iré a ver a mi madre, pero cuando derrotemos a Naraku, quiero... Permanecer aquí en el santuario, con ustedes... Contigo.


Afrodita la abrazo, no necesitaba más, eso era todo lo que quería escuchar. Era todo lo que necesitaba para animarse a decirle todo lo que sentía por ella, y lo haría, pronto lo haría.

Amor, Rosas y RecuerdosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora