Cuando escucharon las palabras de Afrodita, creyeron que estaba bromeando, pero DeathMask lo conocía lo suficientemente bien como para saber que estaba hablando enserio.
DeathMask: ¿Realmente no la recuerdas? - volvió a preguntar con algo de preocupación -
Afrodita: Ya te lo dije, es la primera vez que la veo. - respondió mientras se ponía de pie y alzaba a Aome - Pero está claro que necesita atención, tiene algunas heridas.
Inuyasha: Dámela. - acercandose a él - Yo la llevaré.
Afrodita: No. - se negó al instante en que quisieron quitársela - Yo la llevaré.
Koga: Ni siquiera sabes quién es. - protestó enseguida -
Afrodita: ¿Y qué? - cuestionó con enojo - Yo la llevaré.
Sesshomaru: Siguenos.Fue lo único que Sesshomaru dijo, para después ponerse en marcha, no estaban muy lejos de la aldea, probablemente tardarían unas dos horas para llegar.
Por otro lado, cada tanto, Afrodita miraba con detenimiento a Aome, no la conocía, o más bien, no la recordaba, pues según él, estaba haciendo guardia con DeathMask en el santuario, no peleando en quien sabe que lugar.
Aún así, algo le decía que la mujer en sus brazos y él, eran cercanos, no podía sacar de su mente la mirada que le dió antes de caer inconsciente, en esos ojos vió alivió y amor al mismo tiempo.
.........
Cuando llegaron a la aldea, Afrodita estaba por cuestionar a DeathMask y a Shina sobre el lugar, pero su amigo le dió a entender que después le explicaría todo.
Vio como una anciana salía a su encuentro, y como en cuanto vio a Aome inconsciente, corrió hacia ellos.
En esta ocasión no protestó cuando Inuyasha se la quito y entro con ella a esa pequeña cabaña, entendió que atenderían y cuidarían sus heridas.Cuando entro a la cabaña, junto a los demás, se percató de los movimientos de las otras dos mujeres desconocidas para él, iban y venían de un lado a otro, llevando agua y ropa limpia, al igual que algunos ungüentos.
Afrodita: ¿Dónde estamos? - pregunto en un susurró mientras se acercaba a su amigo y a Shina -
DeathMask: También es la primera vez que estoy en esta casa. - respondió tranquilamente - Desde que llegamos, no habíamos venido a este lugar, teníamos provisiones suficientes para casi tres semanas.
Shina: Supongo que es de quién Aome tanto nos hablo. - completo la corta explicación -Aome, nuevamente ahí estaba esa punzada en su corazón al escuchar ese nombre, no sabía porque reaccionaba así, pero tenía que saber todo de ella, y cómo estaban relacionados.
Inuyasha: ¿Cómo está Aome? - pregunto en cuanto Kaede se alejo de ella - ¿Necesitas que vaya a buscar algo?
Kaede: Ella está bien, uso demasiado su poder y está agotada. - respondió con tranquilidad - Podría llegar a tener fiebre, pero tengo lo necesario para atenderla.
Koga: ¿De verdad no necesita nada?
Kaede: Ella estará bien, sólo necesita descansar.Por alguna razón, le molestaba la preocupación que esos dos mostraban por la chica, sabía que era una preocupación genuina, pero también se daba cuenta que habia algo más.
Sango: Anciana Kaede. ¿Podría revisar al joven Afrodita? - pregunto después de terminar de vendar a Ginta y Hakkaku - Puede que haya sufrido algún golpe, y ahora no recuerda mucho.
Kaede dirigió su mirada hacia los caballeros, y de inmediato DeathMask lo empujó hacia adelante, dando a entender que era él a quien debían atender.
La mujer extendió la palma de su mano y lo reviso con su Reiki, no encontró nada extraño en él, pero vio como su amigo la aparto y le explicaba algo, ella simplemente sonrió y después en voz alta dijo que todo estaba bien, que no había de que preocuparse.
......
Hacia pocos minutos que se había metido el sol, y el seguía a las afueras de la aldea, mirando hacia el horizonte haciéndose la misma pregunta. ¿Qué eran Aome y él?
La chica aún no despertaba, pero cuando se acercó a ella, y la vió así, tan vulnerable mientras dormía, un pequeño flashback llegó a su mente, era él, en una de las habitaciones de su templo, cuidando de ella.
Afrodita: ¿Quién eres Aome? - susurro para si mismo, sin saber que lo habían escuchado -
Inuyasha: Aome es lo mejor que te puede pasar en la vida. - dijo y logro llamar su atención, para después pararse a su lado - Aome es una mujer extraordinaria, que por algún motivo decidió entregarte su corazón.
Afrodita: ¿Tú sabes algo que yo no? - pregunto con cautela - Será mejor que me lo digas.
Inuyasha: Hago esto por ella, porque no quiero verla llorar cuando despierte y sepa que no la recuerdas.
Afrodita: ¡Yo jamás la haría llorar! - replicó al instante - Puede que mi mente no la recuerde, pero mi corazón me pide a gritos estar con ella.
Inuyasha: Hace casi un año tuvimos una pelea, y... Terminamos en ese lugar, en el santuario. - comenzó a explicar - Al menos Aome fue la primera en llegar ahí, y al parecer tú la encontraste.Inuyasha le contó lo que había pasado, lo que el mismo Afrodita les explico en cuanto a la situación de Aome, como es que ella en un principio no recordaba ni quién era ella misma y termino aferrándose al guardián del templo de Piscis.
Le contó absolutamente todo lo que él vivió como espectador, y que aún, cuando Aome recupero la memoria, seguia prefiriendolo a él.
Inuyasha: Algunas cosas solo te las puede decir ella. - terminando de explicar - Así que haz lo posible por recordar, de lo contrario se me va a olvidar que renuncie a ella y voy a volver a conquistarla.
Afrodita lo vio marcharse, estaba claro que sí le había dicho todo eso era porque en el fondo, Inuyasha también quería que Aome fuera feliz, aunque se tratara de otro hombre el que consiguiera eso.
Decidió volver a la cabaña, ya había tomado una decisión, recordará o no recordará a Aome, su corazón le pedía estar con ella, y así lo haría, y si era verdad que ellos tenían una historia juntos, se encargaría de escribir una nueva historia con ella, la haría feliz, porque estaba seguro de que su corazón si recordaba todo lo que su mente había bloqueado.
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Amor, Rosas y Recuerdos
FanfictionElla no recordaba quién era. Sabía su nombre únicamente porque aquel hombre que había visto al despertar se lo había dicho. Él se enamoró de ella en cuanto la vió, a pesar de estar inconsciente, sabía que tenía que protegerla, su corazón se lo grita...