ND Secretos de medianoche

Epílogo

Un mal sabor de boca llenaba a Tania, sus ojos estaban perdidos en la nada y su pecho dolía como si alguna espina se le hubiera enterrado en lo profundo del corazón.

En medio de la noche solo el ruido lejano de carros era presente para irrumpir el perfecto silencio que ella deseaba, sus manos estaban apretadas sobre su pecho, reprimiendo el dolor creciente, en su mente remolinos de tormenta se presentaban haciéndola titubear.

Algo andaba mal, podía sentirlo en el aire, algo andaba muy mal, una corazonada fugaz se lo estaba diciendo.

Quizá había un cabo suelto que no llegaba a gustarle por completo, aún quedaba un pequeño dilema que no podía resolver, no sentía que los problemas fueran a llegar ahora pero sentía que habían pasado algo por alto, algo que quizá traería problemas a futuro.

De forma inconsciente se llevó una mano a la cien para apartar el sudor que le escurría y antes de que pudiera hacer nada otra voz ajena se hizo presente, era dulce y somnolienta.

-¿Qué haces aquí a estas horas?- Dahana se colocó a su lado en el balcón y esperó paciente una respuesta que tardó en llegar.

-Algo anda mal.- respondió Tania con sinceridad.

-¿Te sientes mal?- Al estar media dormida las palabras se revolvían en la mente de su compañera haciendo que escuchara cosas levemente distintas a las que decía.

-No... Pero siento que hay algo mal con todo esto.-

-¿Porqué lo dices?- 

-¿No se te hace raro que Az hiciera algo tan vistoso solo por órdenes de Lady C? Ella es más de atacar desde las sombras, no haría algo como esto.-

-Pero los ojos...-

-¿Y si era obra de dos personas distintas?- Tania miró a Dahana. -Lady C pudo haber tenido algo que ver, pero... ¿Y si el plan de atacar ahí y hacer todo lo que hizo fue de alguien más haciéndose pasar por Lady C?-

-¿De quién sospechas?- 

-Ese es el problema Didy, sospecho de muchos.-

Dahana tragó saliva y se aclaró la garganta antes de proseguir.

-¿Incluso de mi?-

-No, de ti nunca.- Tania estiró una de sus manos y alzó el dedo meñique. -Es una promesa, aunque haya miles de posibilidades jamás desconfiaré de ti. ¿De acuerdo?-

-De acuerdo.-

.

.

.

.

.

.

"Tarde o temprano la verdad sale a la luz, cuando más se oculte más fácil será de encontrar. 

Un suspiro perdido en el viento, un regalo enterrado en arena, ojos lavados en lágrimas y corazones destrozados por el fuego y las llamaradas.

Pequeños recuerdos perdidos, memorias fragmentadas y enterradas.

Traidores como flores en un jardín en primavera, miel mezclada con suave veneno, mentes ocultas a la espera de salir con la victoria.

Amigos con dos caras, enemigos sin motivo.

La C de la discordia y la C del anhelo manchado y corrupto.

Camelia, una flor hermosa y bella, arrancada y suplantada por una de mayor esplendor y belleza, una guerra de mentes y astucia llenada por rencores banales y humanos.

Poderes entrados en conflicto y la espera de un futuro incierto.

Poder y muerte, la mezcla perfecta para una destrucción exquisita.

Lágrimas de un amante y una hija, lágrimas de una familia y una esposa.

Lágrimas

.

.

.

Lágrimas derramadas por una traición afilada que esperó para que la herida fuera aún más profunda.

Aún más letal"