A casa

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Si cuando arribaron por primera vez todo parecía que iría sobre ruedas ahora todo estaba hecho un caos.

Cuando abandonaron la base de la conferencia aún se notaba destrucción y problemas por doquier, el Parlamento Internacional entró en acción, mandó a casa a todos los líderes asumiendo la responsabilidad de la falla y el atentado junto a la familia real de lord Tanya, por obvias razones la conferencia quedó cancelada temporalmente y los líderes tuvieron que volver a casa.

Dahana no sabía como sentirse, aún persistía en su interior un mar de emociones y sentimientos agradables, agridulces y ácidos, en tan poco tiempo pasó tanto que... Su mente ya no daba para asimilarlo, los príncipes Tanya estaban igual, al final de cuentas, aunque no fuera muy aceptado por el reino ellos aún habían llegado a querer a su hermano, pero ahora tampoco estaban seguros de que emociones debían de mantener y cuales ya no.

Antes de partir Dahana habló con ellos, tuvieron una charla bastante amena y dulce, para cuando fue el momento de decir adiós al menos un poco de alegría había retornado a los rostros de sus altezas, ambos agradecieron el apoyo brindado y la despidieron con cálidos abrazos.

En el exterior el sol acaba de esconderse, lejos, en el horizonte, las lámparas estaban alumbrando las pistas y los alrededores. Dahana no pudo evitar suspirar con algo de melancolía al ver una vez más la enorme esfera que iba dejando atrás, para cuando llegó a su avión varios miembros de la UESI la estaban esperando adentro, si de ida el viaje fue agradable y tranquilo ahora sería un poco más ruidoso, después de todo Charlotte y Tania se habían incorporado al vuelo de último momento.

Todas ya habían escogido un lugar para el resto del vuelo, R y Charlotte se sentaron en un compartimiento aparte para que las demás tuvieran su espacio, Minerva se apoderó de los asientos delante de Tania quien no paraba de lanzarle almohadas para decirle que no la pateara por debajo de la mesa, Dahana sonrió al ver la escena y corrió a ocupar el lugar junto a su compañera.

Tania no paró de jugar con Minerva hasta que Dahana las calmó a ambas, a pesar de eso la albina aprovechó para dar su último golpe, Tania maldijo pero no hizo más por contraatacar.

Poco después de que Dahana abordó la nave el piloto dio comienzo al despegue y el avión se elevó, dejando atrás la pista la la esfera donde tantos problemas fueron realizados en tan pocos días.

Charlotte y R iban en su mundo, charlando sobre cosas del trabajo o sobre asuntos un poco más íntimos, Minerva por su parte sacó la pequeña maleta de su consola y arrebatándole sus auriculares a Tania comenzó a jugar aislándose del mundo.

La azafata de la otra vez llegó a ofrecerles de todo y una vez más los pedidos no se hicieron esperar, Dahana pidió en esta ocasión un té de flores, necesitaba relajarse un poco antes de llegar a casa y asumir de nuevo su papel como líder, cabeza de familia y demás.

Cuando su té llegó Dahana sacó una vez más el libro que no había vuelto a tocar, lo abrió y comenzó a leer, sin darse cuenta poco después había pasado de estar apoyada en el respaldo a estar apoyada en el hombro de Tania.

-Tengo frío...- Sus palabras salieron antes de que pudiera detenerlas, y en menos de lo que esperaba los ojos de Tania ya la miraban.

-¿Mucho?-

-¿Sí?-

Tania sonrió débilmente antes de aparecer una cobija y colocarla sobre el cuerpo de su compañera a la par que la rodeaba con un brazo pegándola más a su cuerpo.

-¿Mejor?-

Dahana buscó refugio para ocultar el rojo de sus mejillas entre las sábanas así que solo asintió como respuesta, no quería dormir, su plan inicial era relajarse, no dormir, pero el cuerpo de Tania era tan cómodo que no pasó mucho para que sus ojos se cerraran paulatinamente hasta caer por completo.

La visión de Minerva cayó en ambas luego de unos minutos y al verlas no pudo evitar sonreír, tomó el celular de Tania y sin importarle las consecuencias presionó en botón de fotos.

-¿Qué haces?- R la miró por el rabillo del ojo.

Minerva le sonrió y le mostró las imágenes que había capturado. En ellas no solo Dahana dormía, Tania igual estaba en un profundo sueño, con la cabeza recargada sobre la de su compañera y uno de sus brazos rodeándola por la cintura. 

-Para mi álbum.- Dijo Minerva antes de volverse y seguir capturando más imágenes de ese bello momento.


ND Secretos de medianocheDonde viven las historias. Descúbrelo ahora