Partida

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Las horas pasaron mucho más rápido de lo que a Dahana le hubiese gustado, y antes de que pudiera si quiera asimilar los eventos que estaban sucediendo ya había vuelto a amanecer y se encontraba de pie, en uno de los pasillos del aeropuerto en donde su avión privado despegaría en exactamente... Quince minutos.

A su lado se encontraba R quien estaba recibiendo miles de recomendaciones por parte de su pareja, Charlotte parecía que tampoco quería dejar que su amada se fuera ya que cuando terminaba de decir algo encontraba un nuevo punto y así, impidiéndole a R librarse de su agarre, que a pesar de no ser muy fuerte era bastante firme.

-... Ve con cuidado.- Finalizó Charlotte luego de haber dicho toda su larga lista de recomendaciones. -Ambas.- La rubia le sonrió a Dahana y esta le regresó la sonrisa.

-Te voy a extrañar.- R besó la mano de su pareja y Charlotte volvió a envolver su torso negándose, una vez más, a soltarla. 

-Yo igual.-

-Si no se apuran su avión se irá sin ustedes.- Minerva habló mientras aparecía por el pasillo que conectaba a una de las salas de espera.

El alba comenzaba a desplegarse y aquel aeropuerto perteneciente a la familia Suredal apenas comenzaba a llenarse de gente, algunos rayos de luz entraban por los ventanales bañando el piso y las paredes. Toda la estancia tenía un tono amarillo rojizo que traía calidez aún cuando el aire acondicionado que manaba de las rejillas era fresco.

Al ver a la albina los ojos de Dahana se iluminaron y un poco más entusiasmada buscó con la mirada la silueta femenina que tanto había deseado ver pero no la encontró.

-Ni lo intentes.- Dijo Minerva luego de ver lo que Dahana estaba haciendo.

Tania no había venido, incluso Minerva la presionó a ir pero ella solo sonrió con tristeza, ambas conocían la forma de ser de la armera y si esta iba, difícilmente dejaría partir a Dahana sin estar ella a su lado para acompañarla y asegurarse de que absolutamente nada le pasara.

-¿Ella no...?-

-No, dijo que no quería causar problemas y si viene a despedirse va a ignorar todo y terminará partiendo contigo en el avión, lo apruebes o no.- La respuesta de Minerva a pesar de ser directa estuvo teñida en un tono suave e incluso algo gentil, no quería que Dahana se sintiera culpable por el estado actual de Tania, ni mucho menos.

Dahana hizo una mueca desanimada, de hecho estaba lista para que eso sucediera y aunque estaba mal, deseaba que Tania apareciera en el último momento solo para irse con ella en el avión lanzando por el precipicio todo lo que habían planeado. 

Pero parecía que esta vez su compañera de verdad no planeaba causar ningún problema.

-Anímate un poco, al menos yo iré contigo.- Agregó la albina luego de notar el bajón de ánimo que Dahana había sufrido, no cabía dudas de que esas dos comenzaban a tener sentimientos que iban más allá que un simple cariño fraternal o amistoso.

-¿Vendrás?- Dahana abrió mucho los ojos al entender luego de unos segundos lo que las palabras de Minerva significaban. 

-Así es.- Minerva levantó una pequeña mochila en la que no podían caber muchas cosas, incluso Dahana dudaba que cupiera una muda de ropa. -Tania me pidió que te cuidara, en las reglas dice que no se permite la entrada de miembros extras más allá del permitido, pero jamás dice que no se permitan animales, o híbridos.-

R aún abrazando a Charlotte puso los ojos en blanco, en cuanto volviera a ver a la armera se encargaría de darle un buen golpe por buscar una forma de salirse con la suya.

ND Secretos de medianocheDonde viven las historias. Descúbrelo ahora