La protectora

La dama del lago

—Es que nada de esto debía pasar, lo siento tanto Teagan—. Douxie me abrazaba fuertemente, estábamos en la biblioteca de mi padre y era un día nuevo, sin embargo la tristeza era la misma. Había pasado toda la noche consolando a mi yo del pasado e insistiendo en que siguiera siendo fuerte y siguiera aprendiendo sobre hechicería, ella lo comprendió y siguió.

—No es culpa tuya, estamos juntos en eso, ¿si?—. Besé sus labios tratando de tranquilizarlo, él suspiró enamorado cuando me alejé de él.

—Aún no creo que Teagan te correspondió. ¿Cuánto tiempo babeaste por ella?—. Arch le preguntó a su familiar, yo solo negué con una pequeña sonrisa y tomé al felino entre mis brazos.

—Morgana intentó salvar a Jim, pero solo ví ira y oscuridad. Compartimos la misma magia ¿Qué dice eso sobre mí?—. Claire leía sobre la magia de las sombras, estaba asustada.

—No eres ella, Claire. Todo estará bien, te lo prometí—. Ella me abrazó ante mis palabras hasta que escuchamos a Steve sollozar.

—Steve, está bien llorar, fue una gran perdida—. Claire lo animó.

—¡Galahad me llamó inepto!—.

—Eso no parece un problema real—.

—Camelot está en caos y Arturo no tiene su arma bendita para protegernos—. Mi padre entró escandalosamente a la biblioteca, con la excalibur rota en manos.

—¿Y no puede comprar otra?—.

—¿Piensas las cosas antes de hablar?—. Le pregunté con sarcasmo a Steve ante sus comentarios.

—Sin la Excalibur Arturo no puede liderar la guerra contra Gunmar—. Aclaró mi padre.

—Y ese es nuestro fin—.

—Pero podemos arreglar esto, ¿verdad Douxie y Teagan?—. Claire nos miró con esperanza. Noté que mi novio no tenía los mismos ánimos así que lo tomé de la mano y le sonreí para indicarle que en verdad podíamos hacerlo.

—Debo llevar a Excalibur con la dama del lago—. Papá indicó y yo aplaudí levemente, aún podíamos solucionar las cosas.

—Necesitarás ayuda, prometo que...—.

—Irás conmigo Hisirdoux—. Papá lo miró y su aprendiz suspiró aliviado.

—Estoy lista—. Mencioné antes de caminar detrás de mí padre.

—No, no, señorita. Tengo suficiente con lo que le pasó a Morgana, no te pondré en riesgo a tí también—.

—Claro, aplica esa excusa de la sobreprotección con la Teagan del pasado. Soy 900 años más experimentada y fuerte, puedo cuidarme sola y no necesito que ningún hombre me rescate. Sé que no me hiciste tú aprendiz para protegerme y también sé que estás arrepentido de no decirme que me amas. ¡Ya no seguiré soportando que trates de alejarme de tí!—. Hablé seriamente y decidida, también me desahogue lo que me guardé por siglos. Papá se quedó con los ojos abiertos, Douxie y Steve miraban la escena como si no pudieran creerlo, Archie y Claire trataban de no reír ante como el mismo Merlin había sido callado por su primogénita.

—Bien, todos iremos—. El pronunció, lo conocía bien para saber que entendió que ya no era una niña. —Y si, estoy arrepentido, pero eres muy inteligente y estoy seguro de que sabes que te quiero—. Mencionó antes de retirarse dejando a todos con la boca abierta.
¿La debilidad del poderoso y viejo Merlin? Su hija.

•  •  •

—Llegamos—.

—Pensé que la dama del lago era una leyenda—. Claire habló asombrada.