Cuando lo vio, su mundo volvió a ponerse de cabeza.
"La hechicera más intimidante en un salón de preparatoria, pensé que éramos muy viejos para esto".
Teagan Ambrosius, la hija de Merlin y aprendiz de Morgana vuelve a reencontrarse con Hisirdoux Cas...
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—“La magia no es un atajo permitido para el trabajo duro"—. Escuché a Douxie decir cuando entré al bistro.
—Me alegra que lo recuerdes bien. Puedo ayudarte para que termines pronto—. Me ofrecí y él se acercó rápidamente para besarme y seguir con la limpieza.
—Adiós Doux, gracias por limpiar. Y adiós Teagan—. Un chico que era compañero de trabajo se despidió de nosotros, era algo habitual verme por ahí, quizás por eso todos los conocidos de Douxie sabían de mí. Eso y el hecho de que él estuviera cada dos segundos diciendo: “Ella es mi novia, ¿la has visto? ¡Verdad que es hermosa!"
La limpieza terminó y el chico pelinegro procedió a cerrar el bistro.
—Anoche casi no pude dormir, soñé que viajamos por el tiempo—. Mencioné entre risas, era algo muy tonto pensar en esa posibilidad.
—Quizás fue alguien el que no te dejo dormir—. Douxie me miró peligrosamente, obviamente se refería a lo que había sucedido aquella noche.
—Compórtate Casperan—. Le reclamé logrando que él hiciera una mueca de tristeza y que Archie riera.
—Hora del verdadero trabajo, ¿están listos?—. Mi hechicero preguntó y Arch y yo asentimos empezando a tomar caminos separados.
Me infiltré a un callejón hasta que empecé a escuchar el horrendo sonido de aquella abominable criatura. Corrí hasta ella para encontrarme a Douxie celebrando y a la criatura en una celda mágica.
—¡Es mi mejor captura hasta ahora!—. Él nos gritó con emoción a mí y a su familiar.
—Bien hecho cariño—.
—Que criatura tan desagradable. Sabía que un Umber diablo estaba detrás de las mascotas perdidas—.
—De hecho es un Mephit sombra, Douxie—. Aclaré mirando de cerca a la criatura.
—Teag tiene razón, sus tres mandíbulas aparecen y desaparecen. Deberías de saber de monstruología si me vas a usar como cebo—. Mencionó Archie con indignación mientras se colocaba sus pequeñas gafas.
—Como sea, debes de admitir que hice...—.
—Plural—. Lo interrumpí.
—Hicimos muy buena magia esta noche—.
—Oh no, Douxie...—. Mencioné al notar como el Mephit empezaba a salir de la celda.
—Amigo...—.
—Disfruten la victoria. Nos menosprecian, somos centinelas silenciosos que cuidan el mundo de hechiceras, espectros, demonios y...—.
—¡Douxie!—.
—Se salió de la trampa, ¿cierto?—.
—Yep—.
El Mephit se abalanzó sobre Douxie y rápidamente entoné un hechizo para golpearlo y alejarlo del chico, la criatura salió corriendo y no tuvimos otra opción que seguirla.
