La protectora

El nuevo comienzo

—Y quisiera dedicar este brindis a la persona que nos trajo hasta aquí, al que sacrificó y perdió pero volvió a arriesgarlo todo por nosotros. Esto es por tí, jóven Atlas—. Strickler alzó la copa y todos los invitados lo siguieron.

Jim les dedicó una sonrisa llena de felicidad, aunque estaba cansado sabía que todo había terminado.
Siempre tuvo la corazonada de que el reinicio del tiempo podría arreglarlo, y aunque podía sonar como una tontería valió la pena.
La cronosfera lo llevó a donde todo comenzó, eso incluyó todas esas memorias y amigos que formó en el largo camino de la vida de una cazatrol. Pero valió la pena.
Bárbara abrazó a su hijo y se dirigió a la pista de baile con su ahora esposo Strickler, su boda era un buen momento para el nuevo comienzo.

—¿Todo en orden?—. Teagan, la cuál estaba con un precioso vestido rojo se acercó al pelinegro.

—Si, solo un poco melancólico—. Respondió Jim, la sonrisa en su rostro aumento cuando vió que sus amigos estaban vacilando en la pista. Juntos, vivos, todos.

—Pensé que estaba enloqueciendo cuando empecé a tener esos sueños raros en donde pelee con la orden Arcana, te convertiste en trol, recibí un báculo y colgué los tenis—. Ella le dedicó una pequeña carcajada y el ojiazul negó con una sonrisa. —Me parecía aún más extraño que sucedió después de que me pediste ir por tu libro al trabajo de Douxie, y aún más extraño que solo había llegado a Arcadia porque sabía que el amuleto elegiría a un chico de 16—.

—Te dije que podías ver el futuro de una manera peculiar, incluso ver lo que sucedió en el pasado de una realidad alterna—. Jim tocó levemente el hombro de la chica.

—¿Por qué yo, Jim?, ¿de todos con los que pudiste ir me pediste ayuda a mí?—. Ella pareció ponerse seria y se acomodó para mirar al chico directamente a los ojos.

—Porque eres como mi hermana Teag, sabía que me creerías y me cuidarias de la misma manera que lo hiciste cuando yo fuí el cazatroles—.

—Bueno, Toby casi no necesita de mí, es excelente—. Ella sonrió orgullosa del chico de brackets, el cual intentaba hacer bailar a AAARRRGGHH. —Aunque sabe que siempre puede contar con la ayuda de esta maestra hechicera—.

—Tenía miedo de arruinarlo porque regresé el tiempo y ahora estaba solo. No tenía hechiceros, Akiridianos o troles a mi lado, solo era yo. Tampoco quería llenarle la cabeza a Tobs porque ya tenía mucho con el amuleto y mucho menos perturbar a Claire porque necesitaba recuperarla—.

—Entonces aparecí yo—. Teagan volvió a reír recordando aquella anécdota.

—Entraste a mi casa molesta por la madrugada y me amenazaste con tu magia si no te contaba qué fue lo que sucedió y porqué tus sueños me señalaban a mí—. En el momento en que Jim terminó su frase los dos se soltaron a reír como jamás lo habían hecho. —Y jamás había estado tan feliz de que estuvieras molesta, porque por fin pude contarte—.

—Y fue realmente bueno que todos hayan recuperado sus recuerdos. Los habitantes de Arcadia pueden convivir con Akiridianos y troles sin problema, Toby y Claire están de nuevo junto a tí e incluso tenemos a personas que no creíamos que tendríamos de nuestro lado—. Teagan señaló a la mesa en dónde estaba Nari, Bellroc y Skrael.

—No creí que fueran a entender—.

—Pero lo hicieron, era eso o morir—. Ella cambio rápidamente su semblante a uno más serio, no iba a negar que seguía molesta por todo lo que ellos causaron.  —Pero ahora somos una familia más grande. Seguimos trabajando en los arranques de ira de Bellroc, la última vez casi pasó a chamuscar a Archie—.

—Gracias Teag, gracias por protegernos a todos—. Jim se puso de pie y abrazo a la chica, la cual correspondió con una sonrisa.

Ella había luchado por ese cariño, por esa familia y esa felicidad. Él había luchado por todos, por un futuro con ella y sus amigos, vivos.