El despertar de los Titanes

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—Según las coordenadas es aquí—

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—Según las coordenadas es aquí—. Jim gritó para que todo pudiéramos escuchar.

Estábamos en Groenlandia, el frío era extremadamente horrible y el viento y la nieve nos rodeaba.
Soy una persona que ama el frío, pero ni siquiera mi hoodie de Guns N' Roses me hacía feliz en ese momento.

—Quizás sus cálculos están mal—. Toby respondió.

—¿Cómo que un mar?—. Aja preguntó.

—¡Deberiamos estar encima del titán!—. Añadí mirando alrededor, lo cual era casi imposible considerando que solo se veía hielo.

—¡Un iceberg!—. Toby notó un enorme pedazo de hielo al cual íbamos directamente, desgraciadamente no lo era.

—¡No es un iceberg, es Skrael!—. Grité alertando a Barbara y Strickler los cuales tenían el control de el castillo en el cual viajamos.

—¡A los cañones!—. Ordenó Jim una vez que logramos esquivar al titán.

Aja, Toby y Strickler colocaban las grandes balas mientras yo esperaba a la señal del cazatroles.

—¡Ahora Teagan!—. El gritó y coloqué mis manos en dirección a los cañones.

—¡Fortis tormentorum!—. Exclamé sintiendo como mi magia hacía que los cañones disparaban con más intensidad.

Las balas pegaron al titán, todos notamos como los golpes herían al semidios.

—¡Fuego otra vez!—. Jim gritó de nuevo y la acción se repitió.

—¿A dónde vas?—. Toby miró confundido a Aja cuando ella salió de la bodega de cañones.

—A calentar las cosas—.

Ella subió a su nave y empezó a atacar al titán con balas akiridianas, sin embargo eso no parecía ayudar en nada. Jim tomó una gran cantidad de explosivos y tiró una cuerda del titán al castillo.

—¡Jim!—.

—Lo sé mamá, tendré cuidado—. Él mencionó antes de tirarse por la cuerda.

El titán al notar que buscábamos atacarlo empezó a caminar más rápido, ocasionando que la cuerda se acabe, que el castillo empezara a caer y la cuerda a romperse.

—¡Jim, sostente!—. Grité e invoqué mi báculo el cual mágicamente formo una especie de cadena que rodeó al titán para detenerlo.

—¡Necesitaremos un castillo más grande!—. Toby habló al notar como éramos arrastrados por el monstruo de hielo.

—¡Es demasiado fuerte! ¡No sé cuánto más puedo resistir!—. Intenté usar toda mi fuerza para seguir deteniendo a Skrael, sin embargo, un gigante titán era obviamente más fuerte que yo.

—¡Cuidado Jim!—.

El titán logró safarse y la cuerda se rompió, Jim cayó desde las alturas y Strickler usó sus alas para ir a rescatarlo.
Lo peor sucedió, Strickler se sacrificó para llevar los explosivos y atacar a Skrael.

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