Muertenfrente

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Todos luchaban fuertemente en contra de los enemigos, los Gumm-Gumms eran demasiados pero el cuartel de Camelot estaba conformado por los mejores guerreros

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Todos luchaban fuertemente en contra de los enemigos, los Gumm-Gumms eran demasiados pero el cuartel de Camelot estaba conformado por los mejores guerreros.

—¡Douxie detrás de tí!—. Grité viendo como uno de esos troles gigantes estaba a punto de atacarlo.

—¿Qué haría sin tí, mi bella dama?—.

—¡No es momento de coquetear, estamos en una guerra!—. Me quejé aunque ciertamente disfrutaba de sus cumplidos.

El combate cuerpo a cuerpo y mi magia era lo que me ayudaba a vencer a aquellas criaturas. Trataba de acabar con todas y a veces me descuidaba un poco, lo bueno que siempre tenía a alguien que buscaba cuidarme.

—¡Teagan!—. Escuché la voz de mi padre, al voltear pude ver como una espada de un Gumm-Gumm estaba a punto de atravesarme, sin embargo esa criatura explotó alrededor de un aura color verde esmeralda.

—Gracias papá—. Sonreí al ver quién era el que me había salvado.

—Procura no morir—. Me llamó la atención. Supongo que esa era su manera de decir "mataré a todo aquel que quiera herir a mi niña".

—¡La noche ya cayó! ¡Elemen-zath!—. Morgana bajó desde un portal que estaba en el cielo. Dijo un hechizo que acabó con varios de los caballeros que estaban a su paso.

—¡Morgana regresó, ella es el enemigo principal!—. Douxie gritó advirtiendo a todos los que estaban presentes.

—Ustedes vayan, nosotros cuidamos el puente—. Ordenó Jim y todos asentimos. Normalmente estaría en la batalla cuidando de Calista la cazatroles (aunque no había ni una señal de ella), sin embargo ahora tenía un asunto personal del cual encargarme.

—Hisirdoux, Teagan, vengan conmigo—. Mi padre ordenó y los dos corrimos detrás de él.

Llegamos hasta una zona del bosque en donde su presencia se hacía notoria, la magia negra estaba alrededor. Papá, Douxie y yo nos pusimos en posición de batalla dispuestos a acabar con lo que se nos pusiera en frente.

—Un anciano, mi aprendiz traicionera y un muchacho tonto, perdidos como siempre. ¿Se atreven a correr o a enfrentar mi venganza?—. Morgana apareció frente a nosotros, sin duda estaba enojada.

—¿Hay una tercera opción?—. Archie preguntó con sarcasmo.

Unas enredaderas empezaron a levantarse del suelo, Morgana las controlaba para que nos sostuvieran de los brazos e inmovilizaran, era casi imposible escapar de esas cosas.

—¡Corran!—. Papá nos gritó cuando fue atravesado justo en el pecho por la magia de Morgana.

—¡Papá!—. Grité fuertemente y me deshice de las enredaderas para correr hasta él.

—¡Merlin! ¡Estás herido gravemente!—. Douxie estaba igual de preocupado que yo, mi maestra no estaba muy agradable el día de hoy.

—Hisirdoux, si hoy muero quiero que tú te encargues de esto—. Papá le entregó a su aprendiz unos planos.

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