Papá

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—¿Qué tal si me ayudas a preparar el desayuno?—

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—¿Qué tal si me ayudas a preparar el desayuno?—. Teagan sugirió y una sonrisa en el rostro del pelinegro hizo evidente su respuesta.

Él empezaba a pensar que los sueños que tuvo alguna vez hace unos cuantos siglos por fin se hacían realidad.

...

Hisirdoux Casperan, el joven mago, el aprendiz de Merlin. Pero siempre solo, siempre solo—. Sollozaba Douxie mientras su querido familiar dormía.

Hace tiempo no la veía y la extrañaba ¿Cuánto tiempo había pasado sin verla? Pronunció un leve hechizo y se sumergió en una ilusión en dónde ella estaba a su lado.
Una hermosa mañana con su hermosa esposa Teagan, sonreían y bailaban dulcemente al compás de la música en su cocina, dos pequeños entraban y tomaban asiento en la mesa riendo, una niña con los cabellos negros y los ojos avellana oscuro al igual que el niño que se sentó a su lado. Desayunaban juntos y los pequeños jugaban inocentemente con la magia que habían heredado de sus poderosos padres. Ella se acercó a él y acarició su mejilla levemente, tomó con sus suaves manos su rostro para juntar sus labios y decirle que lo amaba, hasta que despertó.

Estúpido hechizo, no duras para nada—. Hisirdoux maldijo secando sus lágrimas.

....

—¿Qué quieres desayunar, mi preciosa dama?—. Él le preguntó besando delicadamente la frente de la chica.

•  •  •

Claire tuvo una visión, necesitabamos recuperar el Báculo de Ávalon el cual estaba en la tumba de mi padre, eso implicaba destruir el amuleto de Jim y llegar hasta la tumba sin magia, ya que el lugar en donde  Merlín descansaba era aprueba de esta. Para no hacer larga la historia Angor Rot y Gunmar nos encontraron en aquel lugar, nos quitaron el Báculo y la vida de Draal el cual se sacrificó para salvarnos a todos. La cueva en la que estábamos se estaba cayendo a pedazos así que tuvimos que buscar un pasadizo para sobrevivir.
Las cosas hubieran sido más fáciles si hubiera podido usar mi magia o tener aunque sea una idea de en dónde estaba mi padre, el hecho de que jamás pude despedirme de él no ayudaba en mucho.

...

Teagan leía tranquilamente en su habitación, usaba sus ratos libres para seguir estudiando sobre hechicería y volverse cada día mejor. Un terrible dolor de cabeza provocó que cayera al suelo de rodillas y sus ojos se tomarán de un color verde esmeralda.
Al abrirlos nuevamente estaba en aquella habitación de Camelot en donde su padre solía pasar todo su tiempo.

¿Hola?—. Ella preguntó al notar que ese lugar no era para nada el sitio en dónde ella se encontraba.

Teagan, hija mía—. La voz de su padre llamó su atención haciendo que volteara en su dirección.

¿Papá?—.

No tengo mucho tiempo—. Él pronunció tranquilamente.

¿De qué hablas?, quiero una explicación—. Ella estaba desesperada, tenía preguntas desde la última vez que lo vió.

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