S E I S

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Las cejas de Seungmin se curvaron hacia abajo cuando vio como su hermana y Christopher conversaban alegremente en la cocina. Ella sentada en uno de los taburetes mantenía su mentón sobre la palma de su mano viendo ensimismada al hombre que preparaba el desayuno, este le devolvía pequeñas sonrisas que hacían brillar los bellos ojos de Haseul.

No la había visto así desde que fueron a Australia para visitar a su abuela y al niño que la cuidaba todos los días después de la escuela.

-- ¿Entonces, me ayudarías si decido estudiar psicología, Oppa? -- preguntó la chica, ignorando por completo a su hermano que acababa de sentarse a su lado con ojitos somnolientos.

Chan asintió sin mirarla. Le estaba dando la espalda a los dos hermanos, concentrado en poner la miel en todos los panqueques.

-- ¡Claro! Será divertido conocer tu mente a profundidad.

-- Tal vez lo haga yo con la tuya.

-- Tengo hambre. -- susurró Seungmin obteniendo por fin la atención de los otros dos.

Haseul le dedicó una hermosa sonrisa a su hermano para después acariciar una de sus manos, era su forma de dar los buenos días. Mientras que Chan al oír al menor; se giró rápidamente con el bote de miel en la mano y lo saludó efusivo.

-- ¡Buenos días, pequeño! -- exclamó causando que el de cabellos negros diera un pequeño brinco en el asiento.

Definitivamente, Christopher Bang daba algo de miedo.

Seungmin simplemente hizo una pequeña reverencia en su sitio, aún pasmado con la energía exuberante que cargaba el mayor. Chan parecía tan alegre como sus llamativos rizos dorados.

Haseul de un momento a otro comenzó a mover sus manos desesperadamente frente a su hermano, llamando su atención, como si quisiera decir algo sumamente importante. Seungmin simplemente la miró sin expresión alguna en su rostro, esperando a que ella suelte todo.

-- ¿Sabías que Chris Oppa también es australiano? -- Seungmin negó -- ¡Claro que no lo sabías!

Sin expresión. Seungmin seguía con sus ojitos somnolientos viendo la emoción de su melliza. Él simplemente quería comer, y esos panqueques se veían realmente apetitosos. ¿Por qué su hermana le decía aquellas cosas si no le importaba? Su pancita exigía comida, no un amigo australiano.

-- Tengo hambre. -- volvió a repetir, esta vez esperando que sí le hicieran caso a su implícita suplica.

-- Tranquilo, Seungmin. Haseul y yo arreglaremos la mesa para el desayuno. ¿Tú, podrías ir a despertar a Hyunjin, por favor? Se le está haciendo tarde. -- pidió mientras limpiaba sus manos con una toalla.

Seungmin no dudó en asentir y correr a la habitación del mayor. Sólo se pudieron escuchar sus pasitos al subir la escalera.

-- Tendrá suerte si se despierta a la primera. -- susurró Chan para sí. Ya estaba buscando los platos con una Haseul detrás suyo dispuesta a ayudar.

Ella lo alcanzó a oír.

-- Oh oh...

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› Obey ꙳໋͙ HyunMin ⌕Donde viven las historias. Descúbrelo ahora