D I E C I S I E T E

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Hyunjin no sabía cómo ese toque que alguna vez adoró, se fue convirtiendo en algo que no podía soportar.

Esas manos que viajaban por su pecho se sentían como pequeñas espinas enterrándose en su piel. Ese nudo en su garganta mientras besaba los labios contrarios le suplicaba que se detenga, que aleje al hombre sobre él.

Estaba frustrado, cansado. Él había empezado aquel juego y ahora no era capaz de terminarlo por su juguetona mente que lo hacían pensar en cierto niño que se impregnó en él. Cierto niño que ya no quería nada con él.

Su mente estaba trabada por ese tema. Ese suceso que le caló hasta lo más profundo de sí, y que justo en este momento tan fogoso le hacía perder toda motivación.

Con delicadeza tomó los hombros del abogado y lo obligó a separarse, recibiendo una mirada curiosa frente a frente.

ㅡ ¿Pasa algo? Estás un poco distraído. ㅡ murmuró Jeongin con cierto recelo.

Hyunjin asintió, y sonrió por las palabras del contrario.

ㅡ ¿Desde cuándo te preocupas así por mi? ㅡ se burló.

Un golpe fue lo que recibió.

ㅡ A penas me preocupo de comer y me voy a preocupar de ti. ㅡ rodó los ojos ㅡ Sólo quiero saber si vale la pena seguir sentado en tus piernas, o si es mejor dejar de humillarme de esta forma.

ㅡ Lo siento, no estoy en mis mejores condiciones hoy.

Jeongin rodó los ojos y dando un suspiro se separó del mayor. Rápidamente buscó sus cosas y acomodó su ropa, evitando a toda costa la mirada de Hyunjin, quien mantenía su cabeza baja algo avergonzado de la situación.

ㅡ Jeongin...

ㅡ Ni siquiera te atrevas. ㅡ lo detuvo ㅡ Si en un futuro me vuelves a llamar que sea porque de verdad me necesitas. No estoy para perder el tiempo contigo.

El pelinegro reposó su mentón en la palma de su mano y miró el ceño fruncido del abogado que con cada respiración se hacía aún más marcado.

Era su culpa, claro que sí. Él lo había llamado en un momento de completa necesidad, pero no necesidad carnal, sino, necesidad de quitar al niño de largo cabello de su cabeza.

Por eso, cuando el abogado salió de la oficina, ni siquiera fue detrás de él, estaba en todo su derecho de enojarse. Así mismo, como Hyunjin estaba en todo su derecho de enfadarse consigo mismo.

Jeongin no tenía por qué pagar por sus problemas, pero tampoco es como si tuviera la capacidad de pensar con claridad en esos momentos.

ㅡ ¿Nuevo récord? ㅡ preguntó un Jisung burlón, ajeno a todo lo que había pasado en realidad.

Sus ojos oscuros resaltaban en el pequeño espacio de la puerta abierta, mientras que Hyunjin se encargaba de fulminarlo con la mirada.

ㅡ Jodete, Jisung.

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› Obey ꙳໋͙ HyunMin ⌕Donde viven las historias. Descúbrelo ahora