V E I N T I S E I S

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Hayi cerró el diario en su manos con fuerza, incapaz de seguir leyéndolo por el momento. Su mente no entendía cómo en simples hojas blancas podía llegar a conocer lo más profundo de una persona. Lo bueno, lo malo e incluso lo más siniestro y asqueroso. Todo lo que ella pensaba ahora caía en una duda. Yerin no era lo que ella pensaba, y Dongju no era el hombre que todos profesaban.

Quería mostrarle el diario a su esposo para dejarle saber la verdadera cara de su querido amigo, sin embargo, dudaba en que este no lo creería y tomaría a la difunta mujer como una loca sin remedio. No había dudas de ello, Yerin estaba completamente loca en el final de su vida, pero no siempre fue así. Aún estaba registrado su amable corazón en parte del diario.

Hayi guardó el pequeño libro en su mesita de noche y se levantó de la cama, aún sin saber qué hacer. No sabía cómo debía actuar después de haber leído todo. Conocía hasta los más profundos secretos de la familia Kim, porque Yerin había dejado registrado hasta el más mínimo detalle del carácter y actitud de Kim Dongju. Se enteró de la hija mayor embarazada, que tuvo que escapar de su hogar para no seguir sufriendo; también de las heridas que los demás hermanos cargaban cada día solo por existir, y sobre todo, el asqueroso trato que Dongju mantenía con los mellizos, sobre todo con Seungmin.

Aquel niño había sufrido más de lo que ella sospechaba, y tenía la sospecha que Haseul también había sufrido el mismo destino en su momento. Ahora entendía las acciones de su hijo, y agradecía que Hyunjin los haya sacado de ahí.

Caminó lentamente por el pasillo hasta la habitación de Haseul, esperando encontrarla ahí. Tocó la puerta en espera de una respuesta, pero no recibió nada a cambio, así que con cuidado abrió y entró a la habitación encontrándose con esta vacía. Pensó que tal vez Haseul había ido a otro lado, y estaba a punto de volver cuando escuchó ruidos desde el baño de la habitación. Se dirigió a este solo para encontrarse a Haseul con el pelo recogido en una coleta mientras se inclinaba en el WC para vomitar. Rápidamente corrió detrás de ella para ayudarla a retener su cabello y sobar su espalda.

— ¿Estás bien, cariño? — preguntó con suavidad. Viendo cómo la menor no se detenía.

Cuando ella acabó, se levantó y negó con lágrimas en los ojos. Se dirigió al lavabo para enjuagar su boca, sin darle una respuesta clara a Hayi de lo que le pasaba. Con la manga de su chaleco secó sus labios y dirigió su mirada cansada a la mayor, con un torrente de lágrimas cayendo por sus mejillas. Hayi tomó el rostro de la niña con cariño entre sus manos, limpiando las lágrimas con sus pulgares mientras le susurraba que se calmara para que le pudiera explicar. Pero la ojiverde lo único que pudo hacer fue extender su mano y tomar algo del mesón que mostró con temblor ante los ojos de la peliazul.

Pronto las lágrimas fueron contagiadas a la mayor, que con miedo tomó aquella prueba de embarazo positiva en sus manos, temiendo lo peor.

— ¿Quién fue? — preguntó con un hilo de voz, observando como la niña solo hipaba y cerraba sus ojos en un esfuerzo de dejar de llorar — Dime quién fue, cariño. Por favor.

Haseul lloró aún más fuerte, y sin poder controlarse se abrazó al cuerpo de la mujer, en un intento de buscar el apoyo que necesitaba en esos momentos. Se abrazó tan fuerte que terminó recibiendo un cálido abrazo que la dejó casi sin respiración. Lloró desconsolada en el pecho de esa mujer, Hayi se había vuelto como una madre para ella, así que no sentía vergüenza de desmoronarse frente a ella. Y con mucho dolor en su pecho susurró el nombre.

— Fue papá...

— Fue papá

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⏰ Última actualización: Jan 31, 2022 ⏰

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