› Obey ꙳໋͙ HyunMin ⌕

C A T O R C E

Por primera vez se encontraban. Sus miradas oscuras haciendo contraste con la luz de la mañana, no se separaban la una de la otra, creando una batalla silenciosa que solamente ellos podían percibir. No lo entendían, aquella rivalidad repentina, no podían entenderla, llevándolos a someterse a ese sentimiento de superioridad que los hacía elevar la cabeza.

Después de mucho tiempo escuchando acerca de aquel niño, de su vida, de lo desesperado que Hyunjin estaba por conseguir su custodia, por fin lo conocía en persona. Creyó que sería más grande, más alto y más maduro, pero a diferencia de eso, se encontró un cuerpo pequeño, frágil y blando que aún conservaba sus características de niñez como si la pubertad no estuviera a la vuelta de la esquina. Y esa mirada tan peculiar, que desde el primer momento lo desafió.

Jeongin no podía estar tranquilo alrededor de Seungmin.

ㅡ Hyunjinnie no tarda en bajar, Innie. ㅡ había dicho Christopher, llegando al salón con una sonrisa y siendo seguido por la chica de bellos ojos verdes y cabello atado en una coleta que estilizaba sus facciones.

Después de haberse negado a la bebida caliente que Chan le ofrecía, se mantuvo sentado en el sofá, observando al niño en pijama que jugaba felizmente con un peluche en la alfombra peluda de la sala. Vio como la niña sonreía en dirección a su hermano y de vez en cuando se unía a su juego infantil mientras le daba de beber al niño un jugo en un vaso de entrenamiento para infantes.

Jeongin frunció el ceño. ¿Aquel niño no tenía quince años ya? ¿Qué hacía bebiendo de un vaso de entrenamiento?

ㅡ Minnie es muy torpe a veces. ㅡ comentó Chan observando a los niños desde su asiento, desviando su atención del libro que mantenía en sus piernas por un segundo. El castaño se asustó, pensando en que había dicho algo en voz alta, más no fue así. Bang sólo había leído su mirada ㅡ Así que, decidimos prevenir. ㅡ concluyó.

El abogado asintió en silencio, confundido con cada segundo que pasaba. Nunca pensó que ir a la casa de su cliente a primera hora de la mañana sería así.

Jamás olvidaría la imagen de Kim Seungmin comportándose como un bebé frente a sus ojos.

ㅡ Perdón por la demora, Innie. ㅡ un recién duchado Hyunjin entró al salón, con el cabello húmedo pegado a la frente y vestido con una camisa negra y pantalón de tela del mismo color. Se dirigió rápidamente hasta el niño en el suelo para dejar un suave beso en su mejilla y sonreírle después de susurrarle algo que Jeongin no pudo escuchar. ㅡ Ven, vamos a mi despacho. ㅡ le indicó al abogado.

Jeongin ya había estado miles de veces en aquella oficina, aunque no tan seguido como en la empresa. Tomó asiento frente al escritorio, viendo como Hyunjin hacía lo mismo al otro lado en su silla giratoria.

Tenía miles de preguntas, las cuales habían llegado a él desde que entró al hogar aquel día, y aunque se moría por conocer la respuesta a todas ellas, no dijo nada. Suficiente tenía con tener que soportar la presencia de Hwang Hyunjin. Indagar sobre el niño pecoso sólo alargaría una tediosa estadía junto a su folla-cliente.

ㅡ ¿Cómo llevas el día? ㅡ preguntó el mayor con una sonrisa. Sus codos reposaban en el escritorio de madera oscura y sus manos estaban unidas.

Aunque Hwang disfrutaba de estar con Yang Jeongin, este último deseaba volver al juzgado y hacer su trabajo lejos de todo lo relacionado con Hwang Hyunjin. No tenía argumentos para expresar su rechazo ante la amistad que el mayor le ofrecía, pero tampoco tenía argumentos para considerar ser amigo de este.

ㅡ Déjate de payasadas. ㅡ sus manos viajaron hasta su maletín, sacando de este unos papeles de los cuales estaba muy orgulloso ㅡ Vengo por trabajo, no para hacer vida social.