D I E Z

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Un preocupado Changbin sujetó las caderas de su novio cuando este se balanceó al llegar a su destino. Félix sonreía emocionado, dedicándole su preciosa sonrisa al mayor dándole las gracias por aquella ayuda, recibiendo un dulce beso en la coronilla de su cabeza como respuesta.

Había corrido por el pasillo del hospital, siendo perseguido por Changbin quién le reclamaba junto a las enfermeras que no podía correr en el lugar. Sin embargo, Changbin lo decía mientras corría detrás de su pareja, preocupado por si el menor se tropezaba y caía. No se equivocó al verlo llegar a la puerta de la habitación de su padre.

En sus adentros, Changbin reía por lo torpe que podía llegar a ser Félix a veces.

ㅡ ¡Papá! ㅡ con pequeños saltos había llegado a un lado de la cama en donde yacía su padre, sonriendo efusivamente al verlo después de mucho tiempo.

El rubio se adentró finalmente en la habitación, cerrando la puerta detrás de él. Dio una rápida mirada a Félix antes de sentarse en la silla que había a un lado de la puerta, dispuesto a esperar las horas que sean necesarias para que Félix quiera volver a casa.

El menor saltaba en su lugar emocionado, tomando la mano inerte de su padre mientras le contaba todo lo que había pasado las últimas semanas, poniéndolo al tanto de todo, seguro de que aquel hombre dormido podía escucharle. Hablaba tan rápido que sus palabras se trababan, haciéndolo reír por su descuido.

ㅡ Minho Hyung me llevó al parque de atracciones. ¡Changbin Hyung estaba muy asustado! ㅡ exclamaba, haciendo muecas con sus manos explicando cada detalle con ellas.

Seo sonrió, feliz de ver a su pequeño sol brillando con fuerza. Incluso cuando el pequeño vestía de negro, podía iluminar el mundo entero solamente con su inocente sonrisa. Aquel traje le quedaba espectacular, y el mayor se lo había dicho desde el primer momento en que lo vió vistiéndolo. Amaba el contraste de la camisa negra y la corbata blanca, los dos colores quedaban muy bien con el tono de piel del menor, incluyendo su extravagante tinte rojo del cabello.

Changbin miró sus propias prendas y rió. Llevaban las mismas ropas, combinando uno con el otro, todo por insistencia del menor. Seo era débil ante los pucheros y los ojitos de cachorro que Félix siempre ponía para obtener lo que quería, así que no tuvo otra opción que aceptar cuando esa mañana Lee lo atacó con sus más fuertes armas, exigiendo usar aquel conjunto de pareja que habían comprado hace algún tiempo atrás.

ㅡ Incluso cuando subimos a la rueda de la fortuna, ¡Hyung no paraba de gritar por la altura! ㅡ seguía su relato ㅡ Papá... Mi guardaespaldas es algo defectuoso.

Cierto. Su guardaespaldas.

Suspiró al oír aquello, recordando las razones por las que había conocido al pequeño Lee Félix.

Lee Hyonjong estaba pasando por un difícil momento. Su ex esposa se negaba rotundamente a que él pudiera acceder a ver a su primer hijo, Minho, impidiendo a toda costa que le pudiera presentar a su hermano, el pequeño de siete años, Félix. Su esposa trabajaba horas extensas al igual que él, por lo que no podían ver a su pequeño hijo mucho tiempo, y cuando lo hacían él ya estaba dormido. Hyonjong pensó en la posibilidad de una nana, sin embargo, ella no podría defenderla de los actos de locura de su ex esposa. ¿Qué mejor que un guardaespaldas? El hijo de uno de los amigos más cercanos de Hyonjong tenía lo necesario para mantener a su angelito fuera de peligro. ¿Qué importa si la familia Seo es de la mafia? Mientras Félix esté a salvo, todo bien. Changbin no se negó a la idea, por el contrario, estaba realmente feliz de mantener bajo su cuidado a uno de los niños más bonitos que sus ojos pudieron haber visto alguna vez. Creyó que podría conformarse con observar tal dulzura desde lejos, disfrutando de los besos en la mejilla que el menor le pedía cada vez que era hora de dormir, o de como el pequeño tomaba su mano cuando caminaban por el parque. Sí, pensó que podría mantener sus instintos bajo control, y lo hizo, nunca tocó a Félix de forma indebida, no hasta que se dio cuenta de que aquel niño no sólo robaba sus pensamientos, sino también su corazón. El día en que descubrió que su corazón latía por Lee Félix fue uno de los mejores, ya que el pequeño fue el primero en confesarse de una manera tan inocente que aplastó por completo la débil barrera que Changbin había puesto sobre él. Desde aquel día, no pudo resistirse más, rogando en silencio para que el señor y la señora Lee no los descubrieran.

› Obey ꙳໋͙ HyunMin ⌕Donde viven las historias. Descúbrelo ahora