› Obey ꙳໋͙ HyunMin ⌕

C U A T R O

— Bien, sé que me tienes miedo y que no confiarás nunca en mí por las cosas que te dijo Hyunjin antes de salir ¡Pero te juro que de verdad no te haré daño! — gritó un cansado Changbin con el rostro contra la puerta —. Así que, por favor, déjame salir de una vez...

Seungmin quién se encontraba en el pasillo al otro lado de la puerta; negó, aún sabiendo que el mayor no lo podía ver. Aferrado a su inmenso hoodie miraba como sus pies descalzos se resbalaban poco a poco por el brillante suelo del pasillo.

La idea de haber encerrado a Changbin había llegado como un rayo, así como sus ganas de comer.

Su estómago rugió avisando que le hacía falta un buen bocado. El menor se arrepintió de haber rechazado las galletas de chocolate que Hyunjin le había ofrecido como aperitivo después del desayuno.

Para su buena suerte... o mala, Changbin fue capaz de escuchar el feroz rugido del estómago del menor, y sonrió por inercia.

-- Seungmin... -- lo llamó, con el oído pegado a la puerta.

El pequeño miró su pancita cubierta por el hoodie, y muy infantilmente le dio unos golpecitos reprendiendola en silencio.

Porque Seungmin lo sabía. Hyunjin había dejado muy en claro que él no podía entrar a la cocina, aún cuando Seungmin le repetía una y mil veces que él ya estaba familiarizado con las artes culinarias; sin embargo, si quería algo de comer debía pedirle a Changbin en su ausencia.

-- Seungmin... -- repitió.

-- Moriré de hambre, no me importa. -- susurró el menor, mirando a la puerta como si pudiera ver a través de ella.

-- Aish, que terco... -- se quejó Changbin -- ¿Por qué tuvo que ser en la habitación de Hyunjin? Aquí huele a gay en abstinencia.

Seungmin frunció el ceño. Nunca había escuchado aquellos términos. "¿Gay? ¿Abstinencia? ¿Qué es eso?" Aún así no lo preguntaría, tal vez Hyunjin pueda aclarar sus dudas cuando vuelva, y esperaba que fuera pronto porque de verdad moría de hambre y la idea de sacar a Changbin de aquel cuarto no se acercaba ni con palos a su mente.

-- Seungmin, es muy aburrido estar aquí. -- volvió a quejarse el mayor --. Por lo menos di algo, haz conversación.

-- Algo, haz conversación. -- repitió.

-- Genial, será un largo día.

°°°°°

Hyunjin no sabía qué hacer. Se sentía perdido, desconcertado y algo abrumado por el silencioso llanto del hombre en aquella habitación. Sus puños dolían, recordándole que era la primera vez que golpeaba a alguien con aquella furia.

Golpeó a su tío.

¿Cómo se lo explicaría a su padre?

Negó, diciéndose a sí mismo que no era el momento indicado para pensar en eso. Más bien debía salir de allí ahora mismo. Entonces lo dejó ahí, tirado en el suelo mientras hipaba y sollozaba. Lentamente la sangre de aquel hombre pintaba de rojo la alfombra, recordándole a Hyunjin que él era el causante de aquello. Pero sin pensar más en eso caminó por los pasillos de aquella casa de la cual tenía vagos pero muy felices recuerdos; y buscó inconscientemente a la melliza de su protegido.

-- S-señor... -- murmuró ella detrás suyo cuando él estaba a punto de entrar a la cocina.

Se giró rápidamente y sin pensarlo dos veces la tomó del brazo arrastrándola hasta la salida. Ese era su objetivo desde el principio. Por segunda vez en su vida hacía lo mismo.

-- E-espere, qué está...

-- Seungmin te espera. -- aquellas palabras fueron suficientes para que Haseul lo siguiera sin rechistar.