9. Connor Fernsby

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-¿Quién es el siguiente?- preguntó el rubio.

-Connor Jannike Fernsby- indicó Stevenson.

En un abrir y cerrar de ojos aparecieron en un callejón un poco descuidado y al final del mismo se encontraba el antes nombrado, que ya todos sabían que era un guerrero.

-¿Es él?- preguntó la pelinegra solo para estar segura-. ¿Seguimos en Londres?

-Estamos en España- contestó rápidamente, el muchacho no tardó en notar su presencia, pues no era difícil ver a cinco personas aparecer de la nada. Al contrario de Sheila éste se acercó a ellos-. Connor, necesito que vengas conmigo.

-¿Por qué siguen aquí?- preguntó aquel joven alto mientras se sacaba la capucha que cubría la mayoría de su rostro y el tatuaje de su cuello-. Y ¿qué le hicieron a la chica?- señaló a la pelirroja que yacía inconsciente en los brazos de Peter.

-Está dormida, él la durmió y ya se me cansaron los brazos- se quejó Peter, provocando que el otro chico frunciera el ceño.

-¿Por qué no desparecieron?- insistió Connor-. ¿Y cómo coño aparecieron así como así?

-Sé quién eres, Fernsby- confesó Stevenson-. Sé que controlas el fuego y piensas que está mal, piensas que eso es algo anormal, que no eres normal, y no te equivocas- al decir aquellas palabras el muchacho bajó la mirada cómo si ocultara algo más.

Como si recordara su lugar, subió nuevamente dispuesto a decir algo, solo que antes de que pudiera abrir la boca Lorena lo interrumpió.

-La chica que carga este tarado- mofó Lorena al señalar a Peter provocando que Connor subiera una ceja- es como tú.

-Y ella también- Stevenson señaló a la pelinegra-. No estás solo.

-Pero quiero estarlo- dijo con una sonrisa y se dio la vuelta.

-Connor, necesito que vengas.

La única respuesta que el profesor obtuvo fue el dedo medio del jóven.

-Yo intenté hacerlo por las buenas.

Con un simple chasquido de dedos los seis aparecieron en la oficina del profesor, que parecía más una biblioteca que oficina; el chico quedó completamente desconcertado en medio de unas estanterías y no entendía nada.

-Avisa la próxima vez que hagas eso- dijo Peter poniendo en el suelo a la chica que aún estaba dormida-. Me siento mal.

El chico se llevó las manos al estómago y empezó a caminar lentamente para calmarse un poco.

-¿Cómo hizo...¿Quién es usted?- preguntó Connor alterado.

-Soy Thomas Stevenson, un placer, pero ya nos vamos-- dijo mirando el reloj de arena.

No les quedaba mucho tiempo. Si tuvieran que adivinar dirían que menos de quince minutos.

El profesor estaba apunto de desaparecer junto con Melisa, Lorena y Peter, pero este habló antes de que apareciera la maldita luz azul.

-Un viaje más y muero- estaba doblado en dos, una mano en el estómago y otra en la rodilla-. No pienso ir.

-Está bien de todos modos uno se tiene que quedar cuidando que Connor no se vaya- informó el profesor- eso si no quieren que lo duerma- al decir esas palabras el joven que se encontraba sentado a un lado del cuerpo de Sheila subió la mirada rápidamente.

Los tres se giraron a ver a Peter y este al sentir las miradas se levantó. Melisa hizo una mueca al ver su color enfermizo.

-Yo no cuido ni a una mosca así.

Guerra de Elementos [#1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora