Thiago es un chico gay que es echado del orfanato donde vive al quedar descubierta su sexualidad por culpa de la traición de quién creía su gran amor, y debe afrontar solo los peligros del mundo.
Mientras lucha por sobrevivir el día a día, un chico...
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Me invitó a su casa.
Fui algo reacio para aceptar, al final dije que si.
Su casa olía a él.
Su casa era su universo, ese universo que podía vislumbrar en sus ojos.
Su madre era el ser más dulce del mundo, olía a tostadas y shampoo de frutilla. Me invitó a entrar como si nos conociéramos de toda la vida. Al padre no lo vi, aún vivía en Madrid, según me dijo.
Esa fue la primera vez que no me sentí incómodo en una casa ajena.
Cenamos los cuatro. Él y yo, su madre y su hermana. Una chica súper simpática, lastima que estuviera por casarse con Facundo. Le deseaba la felicidad, parecía buena gente, pero tenía dudas si la conseguiría con Facundo.
Sentí una extraña familiaridad en todo. La cena parecía mágica. Todo era perfecto, el mantel a cuadros, los platos, los vasos, incluso la vieja radio que reproducía cuarteto de fondo. Parecía esas tardes de domingo de que tanto solía hablar una ex compañera de cursos. Sonreí para mis adentros. Me gustaba esto.
Luego de comer me invitó a jugar al Minecraft. Nunca había jugado a ese juego. No me gustaban mucho los juegos, pero si él quería yo quería.
Al pasar a su habitación, oí decir a su hermana:
—¡ tiene buen ojo el Santi, ¿no mamá?. Es una ternura tu chico!- Santino las calló y luego me siguió.
Me morí de vergüenza.
Su habitación era el centro de ese universo que era su casa. Lo comprendí cuando entré. Era el núcleo. Su glorioso reino.
Todo gritaba su nombre. Todo era él.
Me acostó sobre el suelo y se recostó a mi lado.
Me gustan tus ojos, me dijo. Solo le sonreí. Nos quedamos así, sintiéndonos, sin ser capaz de romper ese silencio mágico. Nuestros cuerpos hablaban entre ellos, nuestras respiraciones hablaban sin emitir sonidos.
Allí lo comprendí, y me aterró comprenderlo.
Nos estábamos uniendo, fusionando en uno.
Tú piel se derritió, mi piel se derritió, nos derretimos, nos fundimos, Tú cuerpo se convirtió en el mío.
