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Ahogué un gemido para que no pudieran escucharme. No lo logré, mi voz se expandió por toda la casa mientras Santino me penetraba en el sillón de la biblioteca. Desde la visita de su madre y la noche dónde nos perdonamos lo idiota que habíamos sido tuvimos sexo cada vez que podíamos. Era una necesidad tenerlo siempre adentro. Me completaba, me llenaba y me recordaba que era suyo.

— eso fue increíble- dijo al sacar su pene de mi interior y frotarlo en mis nalgas- me vuelves loco Thiago.

— yo, espero que  vecinos no hallan oído nada- gracias a dios las chicas estaban en el colegio.

— no me importa- declaró- a mi me gusta oírte.

— está claro que vos no sos un vecino. Idiota- murmuré mientras me vestía- debo preparar unas cosas.

— iré a cocinar entonces. Creo que será lo mejor, ¡esas niñas vendrán hambrientas!.

— me parece bien.

Ojalá hubiera entendido las señales que me daba su cuerpo cuando lo hacíamos. No habría cometido esa locura: no habría dudado.

Encontré a Santino con el celular en la mano y mirando el vacío. Me preocupé, pensé que había sucedido algo malo. Pensé en las chicas y temí lo peor. Debió percibir mi turbación porque sonrió y dijo:

— no es nada- lo miré sin creerle. Su cara no me mentía- mi hermana y su esposo decidieron dejar el negocio de papá y poner uno propio. Se vuelven a la Argentina para vender vacas, ¿vos podés creer? .

—¡me alegro por ellos!...¿Pero a qué viene tu cara?.

— ah, nada... Me trajo recuerdos malos esa empresa, nada más- sonrió disimuladamente- nada de que preocuparte.

— ¿algo huele a quemado?- olí el aire- creo que viene de la cocina.

— entonces si hay algo de que preocuparse- y salió corriendo hacia la cocina. Sonreí. Hacía tiempo no me sentía en casa y ahora lo sentía. La familia, el hogar que nunca tuve estaban por fin en las palmas de mis manos. Después de tanto besar sapos uno se convirtió en príncipe.

No hay nada más doloroso que verte en una ilusión y luego ser golpeado por la realidad. Es como saltar de un acantilado, flotar durante milésimas y verte libre, liberado, por fin feliz, porque sabes que allí no hay problemas ni intrigas. Allí no hay nada. Luego caes al agua y te choca, te golpea con tanta fuerza que entras en pánico y no podés reaccionar. No podés defenderte, te invade, busca absorber tu ser y convertirte en su hijo. En agua. En dolor. En desolación. En devastación.

🌈El Chico De Mis Poemas✨  (COMPLETA) (BL)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora