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—  ¿ésta es nuestra nueva casa?- preguntó Mara mientras acomodaba mis cosas en la biblioteca- ¡es muy grande!.

— puede ser- reconocí, se parecía a la casa de la novela de mi sexy fantasma- necesitamos algo de espacio.

— si tú lo dices- puso los ojos en blanco- mañana es lunes- me recordó. Ví en sus ojos la incertidumbre, dejé mis cosas y la abracé.

— mañana es tu primer día de colegio por estos lados- le di un beso en la frente- y todo saldrá bien.

— en el otro colegio me llamaban la negrita mendiga- recordó, la abracé más fuerte.

— acá no te conocen, ¡y eres mi hija!. Nadie te dirá ni te hará nada- prometí. Era cierto, si sos nativo de un pueblo y te hacés famoso te veneran como a un Dios.

— ojalá tengas razón- hizo un corto silencio- ¿pero hacia falta anotarme en una escuela privada? ¡Detesto a los ricos!.

— es lo mejor que hay- era mentira, en la pública había ido yo. Era un acto reflejo, no quería revivir recuerdos ni que ella fuera la sombra de lo que fui.

— ¡está bien!, Ojalá no se me pegue lo presumido-  bromeó- y ya que estamos... Si yo hago el sacrificio de estar rodeado de cunas de oro, vos tenés que encontrar un hombre que te haga feliz- se me cayeron los papeles de las manos al oír lo último. Está niña tenía cada ocurrencia.

—  ¡se está pasando de viva señorita!- la reté. Me había puesto incómodo.

— no te hagas el tonto- me confrontó- necesitas ser feliz con alguien. Trabajas duro y sos muy buena persona. Hombres te deberían de llover.

— no necesito a nadie con tu amor me sobra. ¡Sos mi princesita!.

— aún así quiero tener dos padres- se sincero- si uno es muy permisivo, ¡imagínate dos!.

— anda acomodar tus cosas, ¿querés?- está niña podía ser insufrible. Salió entre risas para su habitación- antes de irte- se detuvo en seco- ¿necesitas algo del centro?, Tengo que ir hacer unas compras.

— ¡chocolates!.

— ¡está bien!, Si no recuerdo mal hay una chocolatería llamada "cinco sentidos". ¡Hacen unos chocolates muy ricos!. Santino me los regalaba.

—¿ quién?- preguntó curiosa. Me di cuenta tarde que metí la pata al mencionar a Santino, está chica no va a parar hasta descubrir la verdad.

— un ex novio- corte el rollo- ¿solo chocolates?.

—¡Ah! y un par de hojas rayadas, tamaño Rivadavia.

Salí al centro en mi auto y lo estacioné en la vieja estación de trenes. Todo seguía igual. La casona estilo cabildo, las plazas llenas de flores rosas y violetas, Los bares en la vereda y el olor a pan de las panaderías.  Me traían gratos recuerdos, con Santino casi todos.

🌈El Chico De Mis Poemas✨  (COMPLETA) (BL)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora