Thiago es un chico gay que es echado del orfanato donde vive al quedar descubierta su sexualidad por culpa de la traición de quién creía su gran amor, y debe afrontar solo los peligros del mundo.
Mientras lucha por sobrevivir el día a día, un chico...
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Decidí hacerlo entrar en mi casa. Fue una decisión difícil, la vergüenza por mi situación y las ideas que mi cabeza se hacía, lo hizo muy difícil. Casi fue un triunfo mi decisión.
Me daba miedo mostrarme vulnerable y desnudo ante él. Pero estaba seguro que se lo debía. Que sería lo justo, lo honesto. Él me había mostrado su mundo, yo debía mostrarle el mío. Así es el equilibrio en está vida.
Después del trabajo, cuando me vino a recoger, le invite a entrar. Entró en silencio, casi temiendo romper todo a su paso. Eso me pareció muy gracioso.
Tomamos una chocolatada. Ante la luz de las lámparas sus ojos tomaban un color salvaje. Parecía un león a punto de devorarme. Mi cuerpo quería que me devorara ahí mismo, mi conciencia, siempre tan dictadora se lo prohibió.
Se fue sonriente. Se despidió con un abrazo y un pequeño beso en la mejilla.
Desde ahí, los polos de nuestros cuerpos siempre buscaban estar en contacto. Allí se intensificó nuestro contacto piel a piel. Fue allí donde nació la necesidad de tocarnos.
Una tarde escribí esté poema pensando en él:
Deseos Recorre mi piel, te lo suplico, tócame como solo tú puedes hacerlo.
Besa mi abdomen, levanta caminos de saliva sobre mi piel, explora con la suavidad de tus labios todas mis riquezas.
Ya soy tuyo, ya me has conquistado, me has colonizado, ven y confirma tu soberanía sobre mí.
Muerde mi cuello, susurra en mi oído todas esas cosas que quieras hacerme, no te reprimas ya soy tuyo, estoy dispuesto a todo.
Deja que tus manos me recorran, que sepan a dónde ir, que me ensucien con tu aroma, como si fuera tu mapa, tú tesoro.
Apriétame contra tu cuerpo, hundes tu cuerpo en mí, llena mis vacíos con tus frutos.
Hazme preso de tu placer, de tu virilidad.
Has que florezca, mientras me retuerzo debajo tuyo, has que me muera, en las inmensidades de tus tumbas.
Toma mi cuerpo cómo si fuera tu mayor tesoro, hazme lo que quieras, lo que desees.
Solo tengo un único mandato, un único destino, es satisfacer hasta las más oscura de tus obsesiones.
