Lady Shadow I: Los Orígenes

Capitulo 10:

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Pasaban las horas y Andy aun no me contaba que era lo que le pasaba con Deimos.Tenía que distraerla para que se calmara intenté hablarle de cosas triviales y ella poco ha poco se calmaba.

Empezamos a hablar de música, se veía ilusionada al hablar de ese tema.
Teníamos gustos musicales muy parecidos.

Agarro su teléfono y puso una canción al azar, sonreí enternecido ella limpio sus lágrimas y me agarro de la mano

Y agarre su cadera para movernos en círculos por la habitación haciendo una especie de danza rara
Ella se partía de la risa, me alegraba verla feliz

La conocía de hace menos de un día y me parecía conocerla de toda la vida,me sentía cómodo con ella
Ella era todo lo que me faltaba, ciertamente rellenaba el hueco que exsistia en mi alma, no sabia porque pero así era.

La canción cambio y se puso una que yo adoraba:

—Es del volumen tres— susurre y ella asinto para agarrar mi mano de nuevo, suaves melodías salían de su voz era dulce y potente
Me sorprendía como cambiaba la voz con tanta facilidad.
Yo también me puse ha cantar con ella.

—Se terminó la función con las luces encendidas, se me clavaron tus ojos y te esperé a la salida—

Terminó el verso mientras se movía con agilidad;
—¿Y qué pasó?, Nos escapamos a escondidas— volví a cantar yo mientras acunaba mi cara y juntaba mi cara a la suya;

— Sé que no era lo correcto pero era lo que quería, ahora ya no, puedo vivir sin tu saliva— cante yo de nuevo suavemente levantándola mientras le veía reírse y echas sus cabellos negros hacia atrás.

—Soy adicto a devorar esa manzana prohibida—dijimos al unísono juntos mientras yo la bajaba de mis brazos ella se quedó abrazada a mi mirandome con ternura mientras tarareaba la canción de fondo .

Llegó el un verso, sus ojos se cruzaron con los míos una vez más;
—Por las esquinas de mi cama te veo
Lo que ayer fue una pesadilla es un juego—
Me soltó la cara y se subió a la cama de un salto conmigo de la mano.
—Yo soy una hija de la ruina, un veneno, como una rata enamorá' de tu agujero —hizo una pequeña pausa y volvió ha agarrar aire y hacer el amago de agarrarme y subirme a mi también a la cama—

—Hasta que vuelva la madrugada y Madrid esté congelada, aguántame la mirada que me muero— decidí cantar yo también, al mismo tiempo que ella saltaba con ilusión.

—Concédeme este baile, el corazoncito me arde, y hasta me falta el aire sin tu cuerpo— Cante de golpe, sonreí y la abracé por algún motivo que mi alma desconoce.
Salte de la cama con agarrándola en mis brazos, di varias vueltas con ella enrollada en mis brazos escuchaba su risa en mi oído.

La música volvió ha cambiar por una más relajada.
Nos tiramos al suelo y sus frios dedos se entrelazaron con los míos, no quería presionarla pero la curiosidad me mataba y necesitaba saber que le había echo Deimos.

—Andrómeda—giró su cabeza y me miró, sus ojos cansados me miraron directamente al alma, bueno puede que exagere pero su mirada era tan penetrante que te perforaba el alma.