Capitulo 34:

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Andrómeda
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Llegamos ha la sala de armas. Icar sonrio y agarro un equipo de arqueria, y con ayuda de Fhobos se lo empezo a colocar. Por mucho que intentara ocultar su miedo se le notaba a leguas.

Deimos se me acerco y con una triste mirada; suspire y ignore su mirada. Agarre un protector de codos y se lo coloque a Icar,

-Andy ¿no crees que es mucha protección?- negué y el suspiro quitándose toda la carga excesiva que tenia encima.

-Voy a estar bien- frunci el ceño con molestia, el agarro mi rostro y junto su frente con la mia.

-Tranquila, voy a estar bien. El caso que me oigas gritar como una niña de cuatro años hay preocupate- asenti y el beso mi frente con ternura. Se giro a Fhobos el cual termino de agustarle la pechera para no hacerse daño al tirar con la cuerda; -Dame unos porta dagas, por si me quedo sin flechas- asentí y se lo di mientras abría un pequeño armario .

-Apolo, eres el puto amo- murmure para mi misma, viendo toda la ropa que habia en el armario.

Agarre una camisa de tirantes gris y unos pantalones negros:me puse detras de la puerta de el armario. Agarre unos pad's para pezones y me los puse. Mire ha Fhobos y me acerque a el con una goma de pelo en la mano; -¿Me peinas por ultima vez?- el me miro mal y me dio una colleja.

Cogio un cepillo de pelo de mi cinturon, con delicadeza paso su mano por mi cabellera y empezo a trenzarla. La larga trenza llegaba por debajo de mis gluteos, me abrazo con fuerza.

-Porfavor, por mi inmortalidad, no te mueras- Me abrace a su torso con fuerza inspirando su aroma a tabaco, lavanda, y pimienta rosa.

Su colonia se metia por mis fosas nasales, cuando nos separamos el beso mi frente. Levanto la jabalina de doble filo que habia enganchada en la pared . La espada que tenia Deimos en la mano envainandola en la funda que colgaba de su cadera, Icar se quito el cinturon de la cadera y lo agusto en mi cadera ceño fruncido

Lo mire con duda, y agarre sus manos; -¿Que haces?, ¿ y si tu lo necesitas? - el nego molesto y apunto una cosa enganchada en la pared con forma de maleta; -Ares me ha dicho que agarrase eso, dice que me puede servir.

Asenti no muy convencida, y ya todos preparado. Salimos de la habitacion, Ares me miro nada mas salir y suspiro; -¿Estas segura Andromeda? - asenti intentandome hacermelo creer a mi misma. Sali al patio que antes habia destrozado, escuche un grito ahogado de Apolo al ver su patio demolido.

Antes de que pudiese gritar me hinque en el suelo, y puse mis palmas en el marmol, bruma negra salio de mis manos hasta llegar el frio marmol; Cuando choque con brusquedad la bruma se impregno en mi piel subiendo hasta los codos haciendo que una descarga recorriera mi espina dorsal.

—Echaos para atrás— las grietas empezaron a abrirse en la tierra. Esto me estaba quitando energía debía hacerlo rápido.

—Καλώ τους νεκρούς άκου την πριγκίπισσά σου— el suelo crujió y una legión de muertos apareció frente a mis ojos.

Sonreí y lo mire; viendo como se reverenciaban ante mi. —Mis adorados muertos, habéis acudido a mi llamada.— "Y que no acudan capaz y los matas otra vez" escuche decir a la voz de Fhobos.
Intenté ignorar ese comentario sin reírme.

Y mire de nuevo a mis supditos. Y lo que creo que es un general de la caída Troya; —Princesa Andrómeda es un honor estar bajo su mirada— me acerque a el era más alto que yo de la estatura de Fhobos más o menos.

Me quedé mirando sus ojos. Y el bajo la mirada de inmediato, y se inclino.
Agarre su barbilla y lo hice mirarme;

—Mi valiente caído, estuviste en la grandiosa Troya. Luchando como un héroe, incluso sin tener sangre divina. Es para mí tener el honor de verte.—

Su mirada se disipó de miedo y se llenó de alegría al escuchar mis palabras. Me giré y abrí los brazos;

—¡Mis caídos!,¡Conocéis la situación y el porqué os he llamado!, ¡Ese hombre al que muchos llaman rey a intentado matarme!, ¡A intentado matar a Icar, hijo de la grandiosa Hera!,¡Incluso a intentado matar a los hijos del presente Ares!— sentí como ellos se ponían detrás mío.

Mire a Deimos de reojo y asintió en señal de que estaba hablando bien;
—¡Mis caídos, mis soldados valientes!, ¡A manipulado al héroe Perseo, y a tenido el atrevimiento de sacar no cualquier alma. Si no que ha sacado a la princesa Andrómeda! —

Los gritos ahogados no se hicieron esperar. —Lo se, ni yo misma muy a mi pesar sé cómo lo logro. ¡Pero tened en cuenta que recibiera el castigo que se merece!— los vítores estallaron. Mire a mi lado, Icar parecía más asustado que antes Fhobos se percató de eso y le agarro la mano pidiéndole que se calmase. Sonreí ante esa escena y mire el frente.

—¡Mis caídos!, ¡Os necesito en esta guerra!, ¡Obedeced y seréis recompensados con la gloria!— los gritos se volvieron a escuchar.

—¡Estaremos honrados por que usted nos guíe!, ¡Sabe que le seguiríamos hasta mismo abismo mi alteza!— sonreí y asentí con elegancia.

Mire a los sirvientes que estaban detrás de nosotros con armas.
—Entregad las armas— ellos obedecieron. He invoque mi espada. Faltaban armas y mire a Apolo. Y el se encogió de hombros con una mueca en la cara.

—Aquellos que no posean arma vengan al frente— unas noventa personas se pusieron delante mía con la cabeza gacha. Agarre un pergamino armado de mi cinturón y lo estire haciendo que las armas caieran sobre sus manos.

—¡No son cualquier arma, son echas por la misma Andrómeda!— dijo Fhobos en una exclamación mirándoles serios; —Cuidadlas, a vosotros os conozco. Estáis en los campos de castigo.

Lo mire de reojo y sonrió con maldad.

—¡Que empiece la fiesta!— grito alzando los brazos, estaba disfrutando como un niño pequeño.

—Abrire un portal. Quitarse del enmedio.— caminé entre los soldados con Deimos, Fhobos, Icar, Apolo y todos caminado a mi lado.

Sentí como la bruma volvía a salir de mis manos temblorosas. Hice gesto rotativo y las sombras que salían de mi cuerpo se fundían con el portal potenciando su poder.

—¡Venga, que nos vamos al infierno!— grito Fhobos incitando que los soldados se envalentonaran y volvieran a vitorear.

Sonreí de lado y pase el portal con todos detrás.

































Deimos, por tu padre ¡DEJA DE POSEERME!

Se que no lo harás pero se hace el intento.

La intensidad de este capitulo es por culpa de Deimos. El me pega su intensidad.

Ya queda poco...
Ni quiero ni pensar, me dan ganas de llorar.

¡Votad cometad eso me hace feliz!
No me seais fantasmas o os mando a Fhobos enfadado para que os jale las patas.

Les quiere Mary<3



Lady Shadow I: Los OrígenesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora