- вυrɴιɴɢ мe - [JυsтιηB] 1Temp

"Déjame en paz, Justin"

Veintisiete #Justin

Oh. Maldita. Sea. ¿Qué mierda acaba de pasar? ¡¿Qué jodida mierda estoy haciendo?! Ni siquiera puedo creer lo fácil que me dejo engatusar por Phoebe, joder ¡y lo ha tenido que ver Kayla!. Precisamente ella. Ni siquiera entiendo porque demonios estuve actuando así con Phoebe, con ella sobre mis piernas y besándome. Lo peor es que esa perra sabía que Kayla nos miraba y aprovecho la situación ¿Por qué no me sorprende de ella? La he cagado hasta el fondo.

Sigo a Kayla por la calle, ella sigue sin responderme y me ignora, logro alcanzarla y ponerme a su lado, caminando a su ritmo, ella se ve tan afectada por esto que me hace sentir un bastardo- y lo soy- esto no debería estar pasando.

- Kay… por favor para un momento y hablemos- murmuro, no muy seguro de que hacer
- Déjame en paz, Justin- me dice con voz amarga, sorbe su nariz y sé que intenta no llorar frente a mi. 
- Venga Kay, déjame explicarme- me detengo frente a ella, que frena de golpe para no chocar con mi pecho 
- ¿Explicar el que? ¡Todo esta bastante claro!
- No, Kay…
- ¡Deja de decirme Kay! Me pone de los nervios que tengas el descaro de tener confianza aún después de esto. 
- Kayla, las cosas no son como crees.- doy un paso para acercarme y ella se aleja otro
- ¿Y como son? 
- Lo que viste allí no es… la realidad- intento explicarme, pero es casi inútil ¿Cómo me justifico?
- ¿No es la realidad?- ella murmura y me fulmina con la mirada- ¿ Realmente no tienes una mejor explicación? 
- Yo no estaba haciendo nada con ella, sólo que…
- ¡Oh mierda, Justin!- grita interrumpiéndome. Vaya, tiene carácter- ¿me crees tan tonta?
- ¡No! Kayla nada de eso- suspiro y tiro de mi pelo frustrado- entre Phoebe y yo no hay nada. 
- ¿Cuántas veces has dicho eso, Justin?- ella sacude con la cabeza varias veces- ¿Por qué me haces esto? 
- Kayla…
- No, ¿sabes qué? Déjalo, vete a buscarla antes de que ella se vaya a la cama de otro- dice burlona- pero a mi no me vuelves ver.

Kayla sigue su camino, me quedo allí de pie unos segundos sin saber si ir detrás o dejar que se calme, decido seguirla y antes de que pueda abrir la boca para decir algo más ella me abofetea. Siento un jodido golpe en mi mejilla y me quedo sorprendido, ella también lo parece y veo como salen algunas lagrimas de sus ojos, cuento hasta veinte para no gritarle algo de lo cual arrepentirme y ella se va. La dejo ir porque ahora mismo me importa una mierda que éste molesta, ¡me ha pegado una maldita bofetada!. Maldita sea, necesito despejarme.

Sé que hoy abran unas carreras y luego una buena fiesta en casa de algún niño pijo que quiere integrarse. Y lo aprovecharé. No pienso atormentarme, no esta noche. Así que decido volver a por mi moto a la plaza y sin darme cuenta busco a Phoebe con la mirada. Creo que me pase un poco con ella al tirarla al suelo, no soy un maltratador pero estaba y estoy tan furioso.

- ¡Justin!- Harry se acerca a mi y ríe, yo le miro confuso- eres un capullo, tío- y me empuja
- Más te vale tener un buen justificante por eso
- ¿Qué ha pasado con Phoebe ?
- Nada- me tenso- ¿Dónde esta? ¿se fue a chupársela a algún imbécil?
- No- él ríe fuerte- sabemos todos lo celoso y ardido que te pone eso. 
- Harry no digas tonterías- él se encoge de hombro y me ofrece de su vodka- no gracias, voy a las carreras
- ¿Qué? ¿Hoy?- yo sólo asiento y me subo sobre mi moto- o sea que, después de tener la capacidad de cagarla con dos chicas al mismo tiempo, ¿lo mejor que se te ocurre es irte a unas carreras?
- Exactamente- ruedo los ojos y enciendo mi moto- dile a Alex que iré allí, por si quiere venir. 
- Esta bien, le digo. Aunque creo que esta muy ocupado con una pivita, ya sabes- él enarca una ceja y niego riendo 
- Si Sami lo pilla lo dejará sin pelotas.- él vuelve a reír
- Eso júralo.

Con un asentimiento de cabeza me despido de él y arranco fuera de allí. En menos de 15 minutos llego a mi destino y sonrío porque pienso disfrutar esta noche. ¡A la mierda con Kayla y Phoebe! Yo no estoy hecho para esos líos. Tengo unos malditos veinte años como para estar malgastándolos preocupándome por dos niñatas. Esta noche es mía. Acumulando la rabia que he estado sintiendo en las últimas horas sé que seré capaz de hacer un buen trabajo esta noche.

Y quien sabe, quizá la rubia de la esquina tenga suerte también y tenga un viaje por mi entrepierna.