Ocho
Aún sigo riendo de la cara de Kayla, roja de rabia, sólo con una mirada se marchó de allí con el resto detrás, una de sus amigas me miro de tal manera que ahora bien podría estar muerta y sé que esto, aunque ha sido divertido, me traerá consecuencias. Malas consecuencias. Ella le contará a Justin y no me quiero imaginar de que manera se pondrá. Pero pienso estar preparada para ese momento.
Esta noche.
Porque estoy segura de que Justin estará. Son muy pocas las ocasiones en la que él se pierde alguna fiesta o una reunión del grupo, así que espero, deseo y temo a la vez, verle. Nuestro último encuentro no terminó bien, yo terminé echándole de mi casa como a un perro y él en pocas palabras me llamo puta. Aunque sólo han pasado dos días quiero saber en que situación estamos en este momento y si sabe lo sucedido esta mañana con su querida novia. Presiento que discutiremos. Y nos reconciliaremos también.
Sólo espero que no traiga a su perra consigo.
Así que después de terminar mi turno, me voy a casa, me organizo con Sami y le pido que sea ella quien hable con Amanda pues no sé como tratarla después de saber su interés sexual por mi, no es como si se tratase de un chico al que simplemente puedo ignorar o follar dependiendo de si esta bueno o no. Aunque no sé porque me engaño: desde que Justin apareció en mi vida alrededor de hace un año y medio no he tenido relaciones con nadie más, si coqueteo, pero sólo para molestar. Siempre funciona, debo decir.
Cuando me siento totalmente sexy nos vamos a la fiesta de la playa. Aunque es de noche y esta un poco fresco no puedo evitar ponerme un ajustado vestido con unas preciosas sandalias negras, maquillaje natural, porque sé que terminaremos todos metidos en el agua y un pequeño bolso con lo esencial. Mientras salgo de mi habitación me encuentro con George tirado en el sofá mirando la pantalla de la televisión. Apagada.
- ¿George? - él levanta la cabeza y me mira- ¿pasa algo?
- Nada. ¿A dónde vas?- me pregunta seco
- Saldré con unos amigos a la playa. He dejado algo de cena en la nevera, sólo tienes que calentarla.
- Gracias, supongo- yo le miro con una ceja enarcada
- Adiós- me despido sintiéndome molesta por su indiferencia, cuando estoy a punto de salir le escucho llamarme y me detengo esperando que hable
- Diviértete, pero sano ¿vale? Y no vuelvas tarde.
- Si, George. Lo que sea. - rodando los ojos salgo de allí dando un portazo. Que se de cuenta que estoy indignada.
Básicamente, ese es mi día a día con él. ¿Triste realidad, no?.
Despejando la mente cuando ya me encuentro con las chicas olvido lo molesta que me sentía al salir de casa y ver el poco interés que tiene él por mi. Si mama estuviese viva quizá las cosas no fuesen así. Pero ella no lo está y él debería salir adelante. Tiene 48 años, por Dios.
Apartando esos pensamientos sigo mi rumbo y en pocos minutos noto el gran ambiente. Me doy cuenta que hay más gente de la que pensé, pero así esta mucho mejor. Han encendido una fogata y algunos, no sé como, han podido colar sus coches y motos aquí y tienen la música a un volumen realmente alto. Sólo espero que no aparezca la policía esta vez y nos arruine la fiesta como ha sucedido en otras ocasiones. Sacando la negatividad de mi cabeza me acerco a Harry y robo su vaso.
- ¡Hey!- me grita y me lo arrebata mientras yo río- no seas aprovechada, consigue lo tuyo por otro lado- me reprime, yo le miro con fingida inocencia y envuelvo mis brazos en su cuello
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- вυrɴιɴɢ мe - [JυsтιηB] 1Temp
Fanfic¿Hasta donde estarías dispuesto a quemarte por alguien?