"Él no merece la pena"

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Seis

Sentada en un banco junto a Amanda y Sami, les cuento sobre la visita de Justin a mi casa sin saltarme ningún detalle. E incluso les cuento como en pocas palabras me llamó puta. Y lo divertido que fue echarlo tirándole todo lo que encontré por a mi paso:

- ¡Vamos Phoebe! Relájate, joder- exclama alejándose de mi
- ¡Fuera de aquí, idiota! - grito
- Nena…
- ¡No me llames así, hijo de perra! - levantándome de la cama con la sábana envuelta al cuerpo comienzo a empujarle hasta sacarlo de la habitación. Doy gracias de que mi padrastro no este en casa y se enoje por este escándalo.
- Maldita sea, para de empujarme- grita él
- Pues vete- susurro al borde de las lágrimas- y consíguete otra puta a la cual follarte cuando lo necesites, ¡porque a mi no vuelves a ver el pelo, cabrón!- termino gritando
- Nena, no quise decir eso. No eres una puta, sólo…
- ¡Guárdate tus malditas justificaciones, Bieber! - y vuelvo a empujarle.

Suspiro enojada viendo que él ni se inmute y sigue allí de pie ante mi aún a medio vestir, decido hacer la única solución que encuentro que me queda: le lanzo la lámpara. Él agacha la cabeza a tiempo y maldigo mi mala puntería, me mira sorprendido por eso y aún más cabreada le lanzo las zapatillas y todo lo más cercano que veo. Él va esquivando todo mientras yo le maldigo por no dejarse golpear y me grita e insulta. Hasta que, sin darme cuenta, me encuentro con la plancha en la mano a punto de lanzársela y él levanta los brazos en señal de rendición.

- Esta bien, déjalo ya por favor.
- Vete
- Ok. Me voy y hablaremos cuando estés más tranquila ¿te parece?
- ¡No, no me parece! Gilipollas- y hago el intento de lanzarle la plancha pero él se acerca veloz a mi y me toma de la mano.

 

Me arrebata mi arma más mortal, estoy segura que con esa le hubiera podido abrir la cabeza en dos y así se acabarían todos mis malditos problemas y lamentaciones por él. Le miro a los ojos y grito en su cara con tanto fuerza que creo dejarlo sordo, él cierra los ojos y en un segundo me hace callar. Con sus labios. Su boca en la mía. Dios. La gloria. Pero me niego a caer de nuevo, así que me las apaño para morderle el labio con fuerza y él gime, toma mi cabeza entre sus manos y me besa más duro aún. Me pone demasiado caliente cuando me besa de esa manera. Cuando estoy apunto de rendirme, me suelta. El muy capullo se aleja cuando comienzo a desear más. Y casi me caigo hacia atrás de la impresión

- Luego hablaremos. - y sin más sale de allí.

- Que. Jodido. Cabrón- habla Sami cuando ya he terminado mi relato
- ¡Ni que lo digas! - exclama molesta Amanda- ese capullo sólo quiere seguir jugando contigo, Phoebe, incluso ahora que tiene “novia formal”.
- Lo se- suspiro - Él es un idiota, sólo me busca para tener sexo y no le importo, pero ¿Qué hago? Lo quiero. - me atrevo a admitir en voz alta. Ambas me observan con sorpresa.
- Vaya... creo que eso son palabras mayores, ¿estas segura?- pregunta Sami- él no merece la pena- dice encogiéndose de hombros
- Siempre he pensado que es un capricho, ya sabes, tu entretenimiento- dice Amanda afligida- ¿realmente lo quieres?
- Si. No. Bueno, no estoy segura. Me gustaba que todas murieran por él pero que él solo iba conmigo, era divertido. Ahora es más que eso… no lo se, sólo… no puedo evitar caer.
- ¿Y que vas a hacer? Él esta con otra- replica pareciendo enojada
- ¿Qué te pasa? ¿Por qué reaccionas así?- le pregunto confusa
- ¡Porque eres una idiota! Porque ahora estarás sufriendo por ese imbécil cuando hay tanta gente que te quiere y que… les encantaría estar contigo.

¿Qué mierda acaba de pasar? De repente siento a Amanda demasiado cerca de mí. Siento como si invadiera mi espacio. Es tan incomodo la mirada que me esta dando ahora. No lo entiendo. ¿Por qué me mira con tanto… cariño? ¿Devoción? Busco a Sami con la mirada y no me hace falta más. Lo comprendo: Le gusto. Casi quiero reír por eso, o llorar, tal vez las dos cosas. Es tan extraño.

Quiero decir, le gusto a otra chica. A una chica que es mi amiga. Amanda no es una belleza pero tampoco es fea, es simpática y alocada, aunque no la considere mi mejor amiga-porque ese título sólo lo tiene Sami- la aprecio. Pero jamás había pasado por mi cabeza que algo ocurriese entre nosotras. La conozco desde hace tres años y sé que es bisexual. Pero ¿gustarle yo?. Joder, es una locura.

Creo que me siento halagada.

- Vaya, mmm- miro a mi alrededor incómoda. ¿Qué debo decir?- Gracias.

Veo su cara de decepción y me quiero pegar a mi misma. Le he dicho un simple gracias, como si me hubiera prestado una camiseta. Sami se tapa la boca con dos dedos pero es horrible disimulando así que sé que quiere reír por esto. Supongo que desde fuera es muy divertido. Necesito que me ayude con esto, no que ría. Perra.

- ¿Por qué no vamos al centro?- sugiere Sami por el momento tan incomodo- he visto un par de cosas que quiero desde hace mucho, entre ellos unos tacones que son...
- Si, es buena idea- digo con exagerado entusiasmo
- Claro, quizá consiga algo para mi también- murmura Amanda con una fingida sonrisa

Evitando mirarla más tiempo del necesario durante el camino, ponemos música para intentar sentir menos la tensión alrededor de las tres, sobretodo entre Amanda y yo. Puedo ser una capulla a veces pero no quiero hacerla sentir mal. Ella siempre ha sido muy buena conmigo, y ahora entiendo porque. Esto es algo demasiado loco. ¿Que demonios...? Oh Dios.

- ¿Entramos aquí?- Pregunta Amanda señalando el H&M, ambas asentimos.

No hace falta hablar mucho. Entretenidas paseamos por la tienda y charlamos sobre cual prenda le quedaría mejor a la otra, como harían unas amigas normales que vendrían de compras. Aunque nosotras no estamos precisamente con esa intención. Esto es mucho más divertido. Soy muy pocas las veces que pagamos cuando nos llevamos algo, y esta será una de las tantas veces que “cogemos prestado”. Finjo cantar la canción animada mientras miro el short verde que tengo, busco dos camisetas, las más bonitas-y caras- que veo en la tienda y entro en uno de los probadores sin ninguna chica empleada por allí, por suerte. Me deshago de la alarma que tienen las prendas con cuidado de no romperlas y las meto en mi gran bolso. Sintiéndome nerviosa y excitada a la vez, salgo de allí.

Buscando a las chicas con la mirada sé que ellas han hecho lo suyo si algo les gustó realmente y salimos las tres fingiendo normalidad mientras siento la mirada del guardia tras nosotras pero sin ponernos en duda. Cuando ya estamos alejadas, río divertida. Como siempre, nos salimos con la nuestra. Y como siempre, consigo lo que quiero. Incluso lo haré con ese gilipollas que juega con mis sentimientos.

- вυrɴιɴɢ мe - [JυsтιηB] 1TempDonde viven las historias. Descúbrelo ahora