Capítulo 3: Cabaña, espadas y lobos.

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Al día siguiente me desperté a las 7 de la mañana. Scarlett me dijo que no me despertó porque según ella yo estaba durmiendo más tranquilo que el día anterior.

En fin, desayuné un trozo de carne de ciervo que Scarlett guardaba y seguimos nuestro camino.

El árbol nos había servido bien como refugio.

Apenas salimos del agujero del árbol caído y haber avanzado unos cuantos metros sentimos de nuevo las miradas.

Como en ese momento sentí que no eran hostiles decidí ignorarlas.

Después de salir de esa zona llegamos a otro claro, pero este era más grande y un pequeño río pasaba por un lado.

Salimos de entre los árboles al claro después de que Scarlett confirmara que era no había nadie. Mientras salíamos vi una cabaña cerca al río.

Desde donde estábamos no se veía.

"¿Camuflaje óptico?" pregunté inconscientemente.

"Parece que sí" respondió ella.

Mientras avanzábamos saqué mi cuchilla de la funda en mi cintura y lo puse en mi mano derecha.

Llegamos hasta la cabaña, Scarlett me pidió que me mantuviera un poco alejado. Entonces, Scarlett se acercó hacia la puerta de la cabaña y tocó.

Esperamos unos segundos y Scarlett volvió a tocar pero esta vez fue un más fuerte.

Esperamos un poco más pero nadie abrió.

"Al parecer no hay nadie" dije.

Scarlett asintió.

Me acerqué a la puerta para derribarla pero al tocar la cerradura resultó que la puerta estaba abierta.

La abrí y entré. En sí la cabaña no era muy grande, era suficiente como para que unas 5 personas vivieran en ella. Dentro de la cabaña había una cama doble y otras tres camas. Un escritorio y una mesa comedor, tenía una cocina y un baño.

La cabaña tenía tiempo de estar abandonada pero aún seguía en pie.

Me acerqué a la cama doble y me senté en ella.

Solté un suspiro y me recosté.

Me sentía un poco cansado.

Scarlett se me acercó.

"Iré afuera a conseguir algo de comer"

"Bien."

Scarlett se fue hacia la puerta y salió.

En ese momento empecé a escuchar a alguien hablar en voz baja.

(Es él, por fin llegó)

Era la voz de una mujer joven, aquella voz era dulce, majestuosa e imponente. Se oía muy feliz.

Me senté en la cama y escuché otra voz.

(Shhh, silencio, él nos puede escuchar)

Esta voz también era de una mujer joven, sonaba encantadora con un poco de agresividad y solemnidad, también se oía feliz.

"Salgan de donde quieran que estén. Ya las escuché" dije agarrando mi cuchillo.

De repente escuché un ruido cerca de mí.

Me levanté de la cama y vi que al lado de la cama había dos espadas iguales pero distintas al mismo tiempo.

Una espada tenía una funda azul claro mientras que la otra tenía la funda de un rojo escarlata.

El surgimiento de un guardiánDonde viven las historias. Descúbrelo ahora